Los seis malavenidos
Los países balcánicos se sientan por vez primera, en Belgrado, en una misma mesa negociadora
ENVIADO ESPECIAL Belgrado será testigo hoy de un pequeño milagro político: representantes oficiales de los seis países balcánicos -Yugoslavia, Bulgaria, Grecia, Turquía, Rumanía y Albania- se sientan por primera vez en tomo a una mesa de negociaciones, a iniciativa de Yugoslavia, para intentar acercar sus posiciones en una larga serie de contenciosos. La presencia de Albania en un foro multilateral es un acontecimiento que no se daba desde la salida voluntaria de Tirana del Pacto de Varsovia en 1968.
Los seis Estados participantes están tan enfrentados históricamente por problemas territoriales, nacionales, étnicos e ideológicos, que el mero hecho de un encuentro común se convierte ya en un éxito. La multiplicidad de las causas de conflicto entre los pueblos que forman lo que se denominó el polvorín de Europa hace que la conferencia pueda derivar en un enfrentamiento de todos contra todos.
Tres días estarán reunidos los seis ministros de Asuntos Exte riores, y en la víspera del encuen tro aún no hay acuerdo sobre la agenda a tratar, aunque se señala que gran parte de la estancia la utilizarán los ministros para mantener contactos bilaterales. Tampoco se sabe si emitirán un comunicado final conjunto. El mero logro de un acuerdo para la continuidad del diálogo multilateral sería un resultado netamente positivo para la distensión en la región suroriental europea, dado el enorme potencial de conflicto en la zona. La grave situación económica y política yugoslava, el foco desestabilizador que supone la miseria en que se halla Rumanía y los roces entre Bulgaria, miembro del Pacto de Varsovia, y Turquía, integrada en la OTAN, son algunos de los problemas de los Balcanes que más preocupan en Europa, así como en Moscú y Washington.
Desnuclearización
Los ministros de Exteriores de Albania y Turquía, los primeros en Regar a Belgrado, se mostraron ayer optimistas ante la posibilidad de "dar un paso hacia la solución de los numerosos problemas". Una muestra de la importancia que Albania da a su primera participación en un foro internacional al margen de las Naciones Unidas desde 1968, es la presencia de un equipo de televisión y periodistas albaneses en Belgrado, hecho insólito desde décadas en un acontecimiento político.Be1grado se opone a los intentos de Bulgaria, Grecia y Rumanía de centrar las discusiones en la creación de una zona balcánica libre de armas nucleares y químicas. Yugoslavia quiere elaborar programas de cooperación en diversos sectores como son el turismo, la economía, la ecología, el tráfico, la cultura y el deporte. Albania y Turquía parecen negarse a acuerdos multilaterales sobre armamento mientras no se solucionen los contenciosos graves pendientes.
La política de asimilación de la minoría turca en Bulgaria será motivo de tensión entre Soria y Ankara, al igual que la explosiva situación de la minoría albana en la provincia yugoslava de Kosovo causará nueva fricción entre Belgrado y Tirana. El acercamiento entre los dos miembros de la OTAN participantes, Turquía y Grecia, evitará al menos que estos dos países utilicen este foro para atacarse, como tampoco se espera que Sofia exprese su malestar por la catástrofe ecológica causada por los gases de plantas industriales rumanas.
Tras un pulso político que ha durado varias semanas, los seis países se han puesto de acuerdo en que el encuentro no tiene carácter de conferencia, sino de reunión. Se pone así de manifiesto que no se trata de una reunión de amigos, sino de un primer contacto entre países enfrentados. El problema de las minorías es el más temido por Belgrado, que, co n su Estado plurinacional, tiene contenciosos al respecto con casi todos sus vecinos.
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