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Propuesta de creación de un banco central europeo y una moneda

Lluís Bassets

El comité para la Unión Monetaria Europea, que presíden el ex presidente de la República Francesa, Valery Giscard d'Estaing, y el ex canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Schmidt, presentará a los jefes de Estado y de Gobierno de los doce un plan de acción destinado a llegar al mercado único en 1992 con una banca central europea, una moneda uníficada en su uso público y privado y una coordinación de las políticas eonórnícas. La unidad monetaria que propone este comité de sabios establece un calendario que, según sus deseos, debería empezar a correr en junio de este año, con motivo de la cumbre europea de Hannover y terminar en 1991. En junio, el comité realizará su próxima reunión, la sexta desde su creación, esta vez en Madrid, donde será huesped de los dos miembros españoles del grupo, el presidente del Banco Exterior de España, Miguel Boyer y el presidente del Banco de Bilbao, José Ángel Sánchez Asiaín.El comité para la Unión Monetaria Europea, que se reunió ayer en París, presentó los resultados de sus trabajos en una conferencia de prensa a través de sus dos presidentes y principales protagonistas, Giscard y Schinidt, que subrayaron la necesidad de "abordar el problema de la Unión Monetaria en su dimensión política". "La posibilidad de facturar, pagar o invertir en ECU es, para las empresas europeas, el complemento necesario de la puesta en marcha del gran mercado interior", asegura el comunicado. El comité propone la creación de una banca central europea independiente, en la que estén representados los bancos centrales de los distintos países y los gobiernos, la unificación de los circuitos del ECU público y del privado, el desarrollo de operaciones privadas en moneda europea y la unificación de los estatutos de las monedas comunitarias.

Coordinación necesaria

El reto que suponen los objetivos fijados por el comité se traduce en la necesidad de coordinar el conjunto de las políticas económicas, para la fijación de los objetivos de crecimiento en toda Europa, e implica también la aparición de políticas europeas de creación de empleo y de reducción de las diferencias económicas regionales.

Estas propuestas serán presentadas al canciller federal alemán, Helmut Kohl, que ejerce actualmente la presidencia de la Comunidad, y al conjunto de sus miembros, con vistas a intentar que el próximo consejo europeo haga suyo el plan de traba o del comité. El ex presidente francés especificó que la unidad monetaria sólo se podrá realizar "sobre la base de políticas antiinflacionarias rigurosas orientadas hacia la estabilidad nionetaria". "Esta construcción -aseguró- se hará sobre la base de una liberalización completa de los movimientos de capitales, al menos entre los estados que participen en los dispositivos de cambio". Según Giscard, "esta unión sólo tiene sentido sí lleva a la creación de una unidad monetaria vigorosa que permita abrir un diálogo renovado con el dólar y el yen y estabilizar el sistema monetario internacional"

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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