El pesimismo nacional
No recuerdo haber cogido jamás la pluma para escribir a los periódicos, pero es tal la calidad intelectual y moral del artículo de Alejandro Nieto (El pesimismo nacional, 11 de febrero de 1988), que no puedo menos de hacerlo esta vez para expresar mi solidaridad, cuanto más que, si piensa así el señor Nieto (yo nunca he leído nada de él), debe sentir mucho la soledad.Salí de España en 1953, y al volver ahora a ella he encontrado -¡sí!- muchas razones para ser muy pesimista. El señor Nieto lo ha explicado todo muy bien. Sólo un punto añadiría yo a su artículo: "A cada cerdo le llega su san Martín", reza el proverbio. Los privilegiados, que, según el artículo, pueden tener causas para sentirse optimistas, no lo son tanto. ¡No hay más que fijarse en sus caras, y particularmente en sus ojos, cuando a cada paso salen en sus medias. Y es que, en el estado de desarrollo a que ha llegado la humanidad, o cambiamos todos de rumbo o acabaremos, a más o menos corto plazo, con la vida en el planeta tal como la concebirnos hoy día.-
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