_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Final sin gloria de un político de talla

Spyros Kyprianu, nacido en 1932 en la ciudad portuaria de Limasol, abandona la presidencia de Chipre sin la gloria a que la lucha de toda una vida le hace merecedor. Lo impide una campaña electoral en la que han menudeado los ataques personales y en la que ha sido destinatario de las acusaciones de juego sucío. Pero nadie puede negarle una gran talla política, que contrasta con su pequeña estatura física.A la muerte de Makanos, en 1977, Kyprianu, por entonces presidente de la Cámara de Representantes, asumió la herencia política del arzobispo y logré que hicieran otro tanto el resto de los partidos. En las elecciones de 1978 fue elegido sin oposición. En las de cinco años más tarde, un acuerdo entre su formación política, la centroderechista DIKO, y la comunista AKEL, le permitió ser reelegido con más del 56% de los votos. En 1985, el pacto se vino abajo.

Más información
Un derechista y un independiente se disputarán la presidencia de Chipre

Kyprianu hizo valer entonces sus poderes constitucionales. Su postura inflexible obtuvo un relativo respaldo en las legislativas de diciembre de 1985. Es un hombre de convicciones democráticas sólidas.

Lo demostró cuando los coroneles fascistas se hicieron con el poder en Atenas, en 1967 (renunció a la cartera de Asuntos Exteriores). Y es un hombre valiente, cuya inflexibilidad aplica también cuando están en juego sus intereses personales o familiares.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_