_
_
_
_
ÓPERA PARA JÓVENES

Una asignatura pendiente

Es un tema olvidado. Aunque la ópera despierta un interés social creciente, aunque públicos diferentes a los habituales se incorporan cada vez con más asiduidad al círculo de aficionados, nadie se acuerda de las representaciones enfocadas primordialmente a jóvenes, que, casi con toda seguridad, presenciarían por primera vez este espectáculo. Las razones de su conveniencia son obvias. No son únicamente de orden didáctico o educativo. Son la base, el germen de futuros espectadores; son un cimiento esencial de una normalización cultural que no debe prescindir de las nuevas generaciones.Contrasta con la atención que se presta al tema en otros países. En el Piccolo Teatro de Milán, por ejemplo, desde el 12 de enero hasta el 6 de febrero se ha representado Der Jasager und der Neinsager (El que dice sí y el que dice no), ópera didáctica de Kurt Weill sobre libreto de Bertold Brecht, basada en el teatro no japonés. "Una ópera para las escuelas no sólo ha de ser una obra musical, sino también intelectual y moral", escribió Weill. La crítica de la disciplina prusiana es uno de los motivos por los que los nazis repudiaron la obra con violencia. Su contemplación tiene interés en sectores juveniles.

Entre 10 y 14 años

La producción milanesa, con escenografía y vestuario de Josep Svoboda (conocido en Madrid por el reciente Alesio, de García May), y que cuenta con la colaboración del teatro Alla Scala, la Cívica Scuola y el Conservatorio G. Verdi, se representa en 22 ocasiones y está recomendada para edades entre 10 y 14 años.El precio en taquilla es de 5.000 liras, algo menos de 500 pesetas. La temporada de Teatro Musicale per Bambini e Regazzi 87/88, donde la obra está enmarcada, contempla también la ampliación hasta niños de cinco años en otros programas e incorpora funciones de ballet -Camaval de los animales, de Saint-Saéns; Guía de orquesta para jóvenes, de Britten- y escenificaciones con marionetas y animación en esa sugerente obra que es la Historia del soldado, de Stravinski.

Se suele pensar que el camino más adecuado para el acercamiento a públicos juveniles e infantiles es el de los argumentos fantásticos, las fábulas musicales, la noción de cuento. No es la única posibilidad, pero es la más extendida donde la asistencia de espectadores de corta edad es frecuente.

Los ejemplos son numerosos. Hansel y Gretel, de Humperdinck, es una de las obras preferidas por los americanos. En Nueva York se suele programar en fechas navideñas para funciones familiares. Especialmente apreciada en Francia es El niño y los sortilegios, de Ravel, sobre libreto de Colette, a pesar de su difícil puesta en escena. Pero quizá la obra con más gancho para una posible iniciación sea La flauta mágica.

La estructura de cuento, los efectos onomatopéyicos, el misterio, la aventura, el carácter lúdico, ingenuo y divertido, permiten una primera lectura de historia inolvidable y mágica. Es curioso observar que Ingmar Bergman en su película sobre esta ópera utilizase varias imágenes con las expresivas sensaciones que se producían en los rostros de los espectadores jóvenes.

Ni que decir tiene que la posibilidad de elegir una ópera apropiada para la juventud en ciudades como Viena, con 248 representaciones de 53 óperas distintas durante la temporada actual en la Saatsoper, no es un problema. Incluso si se trata de La flauta mágica, que tiene 10 representaciones, dirigidas por Nikolaus Hamoncourt, a partir de marzo. O en Londres, donde la asistencia juvenil está bastante extendida. Recuerdo mi asombro ante un Sueño de una noche de verano, de Britten, en el Covent Garden, con casi un 25% de espectadores menores de 20 años.

En España está todo por hacer en este terreno. Bien es cierto que parece que existe una voluntad de crear un repertorio estable de ópera para sus continuas reposiciones. En campos afines hay ejemplos gratificantes, como la experiencia del Centro Dramático Nacional en teatro, cuya producción de La enamorada del rey, de Ramón María del Valle-Inclán, es totalmente modélica.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_