El Estado del bienestar
Los últimos sondeos en Francia dan como ganador a François Mitterrand en las próximas elecciones presidenciales. Roto el espejismo conservador ante el fracaso generalizado de las políticas económicas ultraliberales, los franceses prefieren la seguridad tradicional del llamado Estado del bienestar al incierto futuro que prometen los doctrinarios de las escuelas neoliberales de Chicago. Y es que el Estado de bienestar no es un invento en el papel, sino que es un producto elaborado por los años y la experiencia histórica para dar solución a los problemas y contradicciones de la sociedad.De hecho, cabe decir que ningún gobierno conservador se ha atrevido a desmontar los pilares básicos sobre los que descansa la sociedad moderna occidental, porque incluso los Reagan, Tatcher y Chiracs se han dado cuenta al acceder al poder que privatizar la Seguridad Social, no atender debidamente la escuela pública o retirar las subvenciones a los parados y a los enfermos no iban a ser medidas fácilmente aceptadas ni comprendidas por la inmensa mayoría de los ciudadanos. Al adoptar una actitud tan pragmática, los partidos conservadores han admitido por la vía de los hechos que el Estado social es una conquista irrenunciable de nuestra civilización y que oponerse al viento de la historia es un trabajo inútil. El drama para la derecha es que el Estado del bienestar es una construcción propia de la izquierda europea, y que si se desea su profundización, lo lógico es que los ciudadanos voten Gobiernos progresistas. Así parecen entenderlo los franceses.-