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El torero Miguelín, sometido a vigilancia constante

Amelia Castilla

El torero Miguelín, que permanece internado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Punta de Europa en la localidad gaditana de Algeciras, es vigilado constantemente por un ATS del centro sanitario, pese a que se muestra "tranquilo y dispuesto a cooperar con los médicos".El diestro pidió ayer revistas y una televisión para pasar los ratos de ocio. Si no surgen complicaciones, Miguel Mateo, de 48 años, que el pasado domingo se autolesionó con unas tijeras, puede ser dado de alta el próximo martes. La esposa y los cuatro hijos del torero, que lo visitaron ayer en el centro sanitario, se negaron a realizar ningún tipo de declaración.

Antonia Mateo Becerra, Antoñili para el pueblo de Algeciras, entregó una carta a la dirección del centro sanitario en la que prohibía que a su esposo se le realizara ninguna entrevista. Fuentes sanitarias precisaron que la familia del torero tiene como norma no hacer declaraciones públicas. La mujer del torero recorrió los escasos metros que separaban su coche de la puerta de entrada al centro sanitario corriendo y cubriéndose parcialmente el rostro para evitar ser fotografiada.

Jornadas de pesadumbre

La evolución clínica del matador se sigue en la ciudad de Algeciras minuto a minuto. En la calle y en los bares es el principal tema de conversación. En la peña que lleva su nombre se viven estos días jornadas de pesadumbre y tristeza. Los miguelistas, rodeados de cuadros, fotografías y afiches que recuerdan los momentos de gloria del maestro, esperan que el torero reaparezca cualquier tarde para jugar con ellos su habitual partida de ajedrez.Entre los partidarios del torero se rumorea que Miguelín reaparecerá el próximo mes de septiembre para celebrar su trigésimo aniversario como matador.

Ante el mutismo familiar, los aficionados se preguntan cómo pudo el matador, que supo templar tantos toros en el ruedo, utilizar un arma tan doméstica como una tijeras para intentar quitarse la vida. Los algecireños especulan también con la posibilidad de que Miguelín sólo intentara llamar la atención. Según esta hipótesis, el torero, preso de una profunda excitación, se provocó una herida espectacular pero a la vez limpia, puesto que no alcanzó ninguno de sus órganos vitales.

Los médicos que lo atienden aseguran que "su cuadro psicótico está estabilizado". El torero es vigilado constantemente y es medicado con fuertes sedantes. Miguelín, que ha pedido al personal del hospital que lo "cuiden bien", no padece, según los médicos, la típica psicosis de muerte de los pacientes internados en las unidades de cuidados intensivos.

El matador ha impresionado a los médicos por su fortaleza fisica. Los facultativos que lo operaron el pasado domingo no creían en los primeros momentos estar interviniendo a un torero, soprendidos por su cuerpo inmaculado. Después de treinta años de profesión, el matador no tenía ni una sola cicatriz.

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