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Juan Cruz gana el Premio Azorín de novela con 'El sueño de Oslo'

El periodista Juan Cruz Ruiz ganó ayer el Premio Azorín de novela, dotado con dos millones de pesetas, con la obra El sueño de Oslo. Jefe de colaboraciones de EL PAÍS desde 1986, Juan Cruz tiene publicadas cuatro novelas y ha desarrollado con rigor y cuidado una obra de marcado tono personal en la que destaca una preocupación constante por el lenguaje y por la estructura interna de la obra literaria. "La literatura es el territorio en el que me encuentro más cómodo", afirma el autor.

El Premio Azorín lo concede la Diputación de Alicante. La obra resultó elegida tras la última votación del jurado, con tres votos favorables y dos en contra. La novela finalista fue presentada con el lema Bajo la absolución de los árboles, informa Menchu Illán.La novela ganadora es, a juicio del escritor alicantino Enrique Cerdán Tato, portavoz del jurado, "una obra moderna y joven, que tiene una serie de connotaciones relativas a nuestra época. De estilo ágil, es la novela del desarraigo de los jóvenes españoles que están por Europa". Tras hacerse público el fallo del jurado, uno de sus componentes, el escritor Luis Goytisolo, manifestó: "Es una novela amable, influida por el modelo Cortázar, en la que hay referencias también a otros escritores, como Scott Fitzgerald y Cabrera Infante".

Juan Cruz Ruiz nació en Puerto de la Cruz (Tenerife), en 1948. Está casado y tiene una hija. Escribió a los 19 años su primera novela, Crónica de la nada hecha pedazos, con la que ganó el Premio Benito Pérez Armas en 1971. Ha publicado después Naranja (1975) y Retrato de humo (1982), y está a punto de publicar Cuchillo de arena.

La obra premiada, El sueño de Oslo, es un texto proteico: "En la novela aparecen obsesiones de tres personajes que pudieran ser de la generación de 1968. Todos ellos tienen ía obsesión por huir de las circunstancias que les han llevado a juntarse. Uno de ellos, fotógrafo, es el que lo tiene más claro, porque acaso es el que lo tiene más oscuro. Opta por Oslo como el lugar en el que debe producirse su desaparición, y a esa apetencia responde el título".

La obra de Juan Cruz insiste en una obsesión por el lenguaje, en llevar las palabras -que con frecuencia se repite a sí mismo en voz alta- hasta sus últimas consecuencias. Diríase que intenta exprimir el lenguaje para obtener de él una sensación que le conmueva. El sueño de Oslo, sin embargo, "es una novela", afirma el autor, "las otras eran poemas".

"¿Es una literatura atormentada?". "Desde luego. La literatura es tormenta y en este territorio es en el que me siento más cómodo. La literatura atormentada es la de los maestros que me han influido, la de Cortázar, Kafka, Joyce, Beckett y Homero".

Vida paralela

Lo más difícil de entender es cómo Juan Cruz, que ayer a las dos de la madrugada estaba en el periódico ayudando a cerrar las informaciones del alto el fuego propuesto por ETA, ha sido capaz de escribir una novela. "Es complicado. Si te tomas esta profesión en serio, pensando que todo lo que ocurre es importante y que lo importante no te espera, tienes que estar siempre ahí. Me he pasado 12 años en este periódico, y no me arrepiento. El año pasado, en torno al mes de marzo, decidí escribir en una novela mi vida paralela. Los periodistas tenemos neuras, desánimos y depresiones frecuentes. En este instante surgió el milagro de la literatura". Ha trabajado en EL PAÍS desde su fundación. Corresponsal en Londres, fue nombrado jefe de la sección de Cultura y Espectáculos en 1978, y actualmente desempeña el cargo de jefe de colaboraciones.

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