_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La senda de Palme

EL GRUPO de los Seis ha celebrado su tercera reunión en Estocolmo. En ella, además de los dirigentes estatales de alto rango de los seis países -Argentina, Grecia, India, México, Suecia y Tanzania-, unas 30 personalidades de diversas naciones (economistas, escritores, periodistas, líderes de movimientos páci fistas) han tomado parte en las discusiones, aportan do ideas e iniciativas en tomo al tema central del de sarme nuclear. El principal resultado de la reunión ha sido la Declaración de Estocolmo, en la que se trazan nuevos objetivos después del paso histórico que significó el tratado firmado en Washington por Reagan y Gorbachov. La acción del Grupo de los Seis, fundamentalmente de orden moral, tiende a despertar en tomo a metas concretas la conciencia de los pueblos y a reforzar así la presión de la opinión pública mundial sobre los Gobiernos que deciden en materia de armamento nuclear. Una vez que EE UU y la URSS han dado un importante paso de desarme, ciertas voces afirman que el Grupo de los Seis ha perdido su razón de ser. Pero la experiencia de la reunión en la capital sueca, dentro de su modestia, indica lo contrario. La declaración aprobada se pronuncia sobre temas candentes: por la supresión de las armas nucleares tácticas, por la prohibición del uso del espacio con fines bélicos, por la supresión total de las pruebas de armas nucleares. Ello molestará a unos y alegrará a otros. Pero no hay duda de que los seis expresan un difuso sentimiento antinuclear compartido por masas ingentes de la población mundial.La reunión ha formulado además una propuesta más operativa: la creación en el marco de la ONU de un sistema multinacional de verificación de los acuerdos de desarme, que se discutirá en una sesión especial de Naciones Unidas esta primavera. Existe hoy una demanda bastante general de que la ONU asuma tareas más operativas en defensa de la paz. Una esencial podría ser la que se ha propuesto en Estocohno. No será fácil que se abra camino, pero el esfuerzo por lograrlo ayudará a introducir aires renovadores en la organización.

Precisamente porque el Grupo de los Seis tiende sobre todo a movilizar a la opinión pública mundial, la participación de las personalidades invitadas ha sido muy importante. Su presencia contribuirá a la penetración de las propuestas sobre desarmé nuclear en diversos sectores de la sociedad. Elevará el impacto en los medios de comunicación, que en general han prestado escasísima atención a las reuniones del Grupo de los Seis. Además, las personalidades invitadas han podido suscitar temas que los hombres de Estado habían silenciado, quizá por escrúpulos diplomáticos. Concretamente, el caso de Argentina y la India, que no han firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear. Es cierto que ese tratado acepta la discriminación entre países nucleares y otros que no lo son, y que no deben serlo. Pero es un instrumento fundamental para impedir que el arma nuclear se extienda y para presionar por el desarme. Así lo ha entendido España al firmarlo en fecha reciente, después de muchos años durante los cuales Franco, y luego varios Gobiernos democráticos, no quisieron firmarlo por una lamentable estrechez de miras nacionalista. Si el debate de Estocolmo inclina a los Gobiernos indio y argentino a reconsiderar su actitud, ello elevaría el prestigio del Grupo de los Seis.

Después de Estocolmo sigue en pie la pregunta: ¿hasta qué punto reuniones de ese género influyen sobre lo que se decide en Moscú, Washington u otras capitales? No es fácil dar una respuesta precisa. Pero considerando las cosas a largo plazo -como corresponde tratándose del desarme nuclear- sería ceguera negar que la influencia de la opinión pública actúa. Incluso puede ser decisiva.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_