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La polémica precede una exposición de Van Gogh en Roma

Juan Arias

El día 26, si las huelgas del transporte no lo impiden, será inaugurada en la Galeria Nacional de Arte Moderno de Roma Ia mayor exposición sobre Van Gogh que ha conocido este país. El discutido pintor llega a Italia "como un mito que es preciso revisar" como acaba de escribir el semanal L'Espresso, que ha llegado a titular ya, polémicamente, "Van Bluff".La exposicion estará compuesta por más de 40 cuadros procedentes de los museos más prestigiosos de Holanda: el Rijksmuseum y el museo Van Gogh de Amsterdam; el Gemeentemuseum, de la Haya; y el KrolerMuller de Otterlo. El honor de preparar el catálogo ha recaído en la casa editorial Mondadori; los críticos que lo presentan son Ronald De Leeuw y Fred Leeman, y entre los italianos Augusta Manferini y Gianna Piantoni.

Según se dice ya, va a ser algo más que una simple exposición, ya que la exposición llega a Italia en el momento de mayor apogeo y polémica en torno al pintor, tras la reciente venta de dos cuadros suyos que han alcanzado los mayores precios jamás registrados en subasta: una de las versiones de Los girasoles, comprado por una sociedad japonesa en un remate de Christie's en Londres por 5.000 millones de pesetas, y la obra Iris, adquirida por el multimillonario australiano Alan Bond por 6.144 millenes de pesetas en Nueva York.

Por qué vale tanto

La pregunta que se hacen los críticos, mientras especulan con largas filas de público, es si es justo que los cuadros de Van Gogh, valgan en realidad lo que se paga por ellos. "No se puede olvidar" afirma Renato Diez, de la Christie's de Londres, "que Van Gogh es popular en muchos planos de la cultura. Y que su vida de novela ha contribuído a hacer de él el pintor más cotizado hoy diez veces más que el mismo Tiziano".Pero Gabriele Mazzotta, editor y coleccionista, es tajante: "Preguntarse por qué Van Gogh supera a los grandes maestros italianos es una pregunta idiota. La respuesta es obvia: porque ha tenido mejores marchantes".

Por el contrario, Augusta Monferini, historiadora de arte afirma: "No me extraña que Van Gogh haya alcanzado esas cotas. Su pintura, que arrastra y conmueve, es hoy más que nunca el emblema de los valores perdidos, el símbolo de una emotividad nueva descubierta y deseada, la búsqueda del sentimiento que vuelve con ímpetu".

Para el coleccionista Giorgio Franchetti, Van Gogh es en realidad "la cima de un mito: el del impresionismo y el del artista romántico, lo que crea una gran competencia en el mercado".

Por fin el poeta Attilio Bertolucci confiesa que en verclad ignora por qué estos cuadros hayan alcanzado cifras tan astronómicas, pero que de una cosa sí está seguro: "que al hombre Van Gogh este tipo de gloria le habría interesado muy poco".

¿Y a la gente de la calle? Esa es la incógnita. Por lo pronto la curiosidad es enorme.

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