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La 'perestroika' llega con dificultad a la historía

El acceso a los archivos soviéticos sigue siendo arbitrario, según su director, Yuri Afanasiev

Pilar Bonet

Tras casi tres años de peréstroika, el acceso a los archivos históricos soviéticos sigue hoy tan arbitrario y caprichoso como en el pasado, sin que los círculos culturales y científicos influyan en ello, según dijo a EL PAÍS el historiador Yuri Afanasiev, rector del Instituto de Archivos Históricos. Afanasiev, un historiador que se ha distinguido por sus posiciones antidogmáticas en el estudio de la historia soviética, es más bien pesimista al hacer el balance de los cambios ocurridos en su campo, donde, en su opinión, ha habido muy pocos avances concretos importantes.

Las manchas blancas, o sucesos cuyo análisis histórico se evita por circunstancias políticas, han sido "identificadas", pero no "investigadas" en el "plano histórico concreto". Sobre la nueva política económica (NEP) de los años veinte, los años treinta y el estalinismo o la época de Jruschov, aparecen ahora artículos en periódicos y revistas, pero "por desgracia no han aparecido publicaciones analíticas profundas sobre los períodos más difíciles de nuestro pasado cercano y remoto".Según Afanasiev, las revistas históricas se mantienen al margen de las discusiones delicadas y los problemas difíciles, y no ha podido llevarse a cabo el intento de fundar una asociación no burocrática de historiadores donde participaran no sólo los profesionales, sino quienes tienen interés en la historia. Afanasiev lamenta además que no se haya fundado aún una revista popular sobre la historia y, sobre todo, que no exista aún una ley estatal sobre archivos "que determine las normas y los plazos de conservación de los documentos secretos estatales y militares".

"Ante la inexistencia de esta ley, la eliminación del carácter secreto de un documento es arbitraria, y los círculos científicos y culturales no tienen nada que ver con la solución del problema sobre qué debe considerarse secreto y qué no", señala Afanasiev, que pone el ejemplo de la Biblioteca Lenin de Moscú, una de las más importantes de¡ mundo, donde, según dice, "hasta una cuarta parte de los fondos disponibles no están reflejados en el catálogo, sin que el público sepa por qué". Fondos secretos especiales de acceso escalonadamente restringido dan al sistema de archivos soviéticos unas características kafkianas, y "el lector que consulta el catálogo no sabe en qué medida éste refleja los fondos existentes".

Afanasiev opina que el "insuficiente acceso a los archivos" es uno de los "problemas pendientes de nuestra sociedad cerrada", y si ésta quiere abrirse debe comenzar por él. Cree el historiador que si se normaliza la transparencia informativa, se debería someter a amplia discusión popular la situación de los archivos en la URSS. "Los directores de los archivos tratan de convencer, sin embargo, a la opinión pública de que éstos están abiertos", dice el rector del Instituto de Archivos Históricos, partidario de realizar un inventario de los problemas no resueltos en una asamblea nacional de historiadores convocada democráticamente. En época de Jruschov, nos explica, se realizó una, asamblea semejante que publicó en 1962 una enumeración de los problemas que todavía podría ser válida en la actualidad, dado lo poco resuelto desde entonces.

A diferencia de las revistas especializadas, las publicaciones literarias han realizado un intento de entender el fenómeno del estalinismo. Sin embargo, "en literatura se publican sobre todo las cosas que se hicieron hace 20 años; de lo que se escribe hoy en día no se ha publicado prácticamente nada", señala Afanasiev, para quien "la mayoría de los materiales aparecen sobre todo como llamanúentos para realizar un enfoque más profundo de los temas tocados".

Afanasiev piensa que todavía no se ha llegado a un análisis de la esencia del estalinismo y que en la actualidad existe una tendencia a relacionar los problemas de este fenómeno con la personalidad de Stalín. Esta tendencia se combina con un discurso "ecléctico" que trata de compensar los fallos con las cualidades, tanto en la persona de Stalin como entre los representantes de las distintas tendencias represanados por él.

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Rehabilitación

El líder Mijail Gorbachov anuncié el pasado otoño la fundación de una comisión especial para estudiar la rehabilitación de los comunistas purgados bajo el estalinismo. En su reciente encuentro con la elite de la intelectualidad soviética, Gorbachov dijo que la comisión está ya trabajando y que sus primeros resultados podrían aparecer antes de la conferencia del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) que tendrá lugar el próximo verano. Hasta ahora no se ha anunciado oficialmente quién integra y quién dirige la mencionada comisión.Afanasiev opina que el criterio de rehabilitación no debe aplicarse a gente aislada, sino a todos los represaliados en los treinta y los cuarenta, "sin hacer iunguna diferencia entre Bujarin y Trotski". Nikolaí Bujarin, elpadre de la NEP y el favorito del partido, fue ejecutado en la purga de 1938, y León Trotski, "una personalidad compleja que cambió con el tiempo", fue asesinado por el español Ramón Mercader en México, por orden de Stalin. Esta circunstancia es mencionada en la última producción literaria del dramaturgo Mijail Shatrov, Siga, siga, siga, que ha sido criticada por Pravda.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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