_
_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sabrina, lapidada

Como padre de familia me veo en la obligación de manifestar mi protesta por el agravio infligido a la señorita Sabrina en Bilbao, cuando fue lapidada a tomatazos por unas feministas iracundas. Y lo hago como padre, pues la citada señorita había logrado en sólo unos minutos, los de su actuación televisiva en Nochevieja, tender un sólido e inapreciable puente intergeneracional, después que hubiéramos fracasado repetidamente en nuestras pundonorosas tentativas (los Beatles chocaban con la tenaz Madonna; la literatura, con los videoclips, y el teatro, con las películas enlatadas).Desesperaba ya cuando sucedió el milagro. Lo que había intuido en el famoso vídeo de la piscina se confirmó en ef programa de Pilar Miró. Jóvenes y mayores vibramos al unísono siguiendo el eléctrico ritmo de sus canciones sin perder ripio. Habíamos encontrado al fin un ideal común: todos, incluido el gato, quedamos fascinados por los ojos de Sabrina. Inquietos, juguetones, pletóricos de vida y libérrímos, despedían un fulgor cuyos destellos, ralentizados por los realizadores de TVE, tuvieron la virtud de acabar con cualquier vestigio de conflicto intergeneracional. Y es que si hay iridiscencias que levantan los ánimos y unen los corazones, también hay miradas torvas y miopes que nos recuerdan constantemente que Torquemada no ha muerto. Únicamente se ha reencarnado.- Pedro J. Bosch.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_