_
_
_
_

La URSS anuncia su participación en los JJOO de Seúl, y Corea del Norte decide no acudir a ellos

Pilar Bonet

La URSS anunció ayer oficialmente su participaci6n en los Juegos Olímpicos de verano de 1988 en Seúl, la capital de Corea del Sur. Tras una reunión plenaria del Comité Olímpico Nacional de la URSS, su presidente, Marat Gramov, comunicó ayer la decisión, que sigue a otras adoptadas en el mismo sentido por varios países europeos aliados de la URSS (la RDA, Rumanía, Hungría, Bulgaria y Polonia). Moscú, que es aliada de Corea del Norte, no mantiene relaciones diplomáticas con Corea del Sur. [Sin embargo, Corea del Norte decidió finalmente no acudir a los Juegos, de acuerdo con la información de esta madrugada de la agencia oficial KCNA y según difundió Reuter desde Tokio]

Más información
La garantía relativa de una fecha burocrática

["No participaremos en los Juegos Olímpicos para ser sencillamente huéspedes de Corea del Sur. No hay posibilidades para nosotros", declaró esta madrugada un portavoz del comité norcoreano, según la información de Reuter, que citaba como fuente a la agencia oficial de Corea del Norte, KCNA].El comunicado oficial de las autoridades deportivas soviéticas hace constar que Moscú apoya la propuesta del Comité Olímpico Nacional de Corea del Norte para celebrar los Juegos Olímpicos de forma compartida tanto en Corea del Norte como en Corea del Sur. Ello "contribuiría de forma más completa a la realización de los ideales olímpicos", señala el texto.

Gramov definió los Juegos como "una gran fiesta" y afirmó confiar en que las conversaciones entre los representantes de Seúl y Pyongyang, bajo los auspicios del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, permitirán encontrar una fórmula para compartirlos. Gramov declinó explicar cuál es la fórmula de reparto de diferentes modalidades deportivas que Moscú encontraría satisfactoria y señaló que el tema "necesita aún discusión".

Búsqueda de soluciones

Refiriéndose a la reunión mantenida en septiembre de 1987 en el mar Negro por los representantes deportivos de países socialistas, a la que asistieron también Samaranch y delegados de Corea del Norte, Gramov señaló que el presidente del COI había comunicado a los presentes que "las puertas para debatir esta cuestión están abiertas hasta el final".

Según el presidente del comité soviético, "la búsqueda de soluciones puede continuar" a pesar de que las cuatro rondas de conversaciones celebradas por las dos Coreas no han dado decisiones positivas y la quinta ha sido aplazada.

Gramov evitó entrar en detalles sobre las dos últimas ediciones de los Juegos y señaló que los boicoteos del pasado "no son la mejor página en su historia". Gramov aseguró que el Comité Olímpico de Corea del Sur ofrece unas garantías de seguridad a la delegación soviética que no existían en el caso norteamericano. El alto funcionario no concretó cuáles son estas garantías. "Si tendremos más o menos seguridad, lo veremos después, pero el comité organizador dio las garantías contempladas en la Carta Olímpica". Gramov insistió, no obstante, en que las relaciones entre las entidades deportivas norteamericanas y las soviéticas se habían mantenido, pese a la accidentada historia de las dos últimas ediciones de los Juegos, y se refirió a la segunda edición de los Juegos de Buena Voluntad (una improvisada alternativa al olimpismo), que deben realizarse en 1990 en Seattle (EE UU).

La decisión de participar en los Juegos, que debía ser tomada antes del 17 de enero, según los plazos dados por el COI, fue tomada unánimemente por 141 de los 182 miembros del Comité Olímpico Nacional soviético, según comunicó su presidente. La delegación de la URSS estará integrada por un total de 500 a 520 deportistas, que contarán con la presencia de un barco especial fletado como apoyo a las instalaciones de la villa olímpica de Seúl. El barco transportará a deportistas y materiales. No se excluye la posibilidad de que aquéllos puedan residir en él en los días previos a las competiciones con objeto de prepararse. La delegación soviética residirá, no obstante, en la villa olímpica. Los soviéticos ya contaron con barcos de apoyo semejantes en Melbourne 56, Tokio 64 y Montreal 76.

Críticas

Gramov criticó algunos detalles técnicos de la preparación de los Juegos en Seúl basándose, según dijo, en los testimonios de algunas de las delegaciones deportivas soviéticas que han participado en eventos deportivos en aquella capital. A finales de año, una delegación del Comité Olímpico de la URSS visitó también durante cuatro días Seúl y sus miembros se entrevistaron con representantes del comité organizador surcoreano. Gramov, que había declarado recientemente en Francfort la respuesta positiva de su país a la participación, afirmó también que los resultados obtenidos por los atletas soviéticos en 1987 indican que pueden hacer un buen papel en Seúl.

Inmediatamente después de haber anunciado la participación soviética en Seúl, la agencia oficial Tass comunicaba, en un despacho datado en Ulan Bator, que Mongolia, otro país aliado de la URSS, había dado una respuesta positiva a la invitación a participar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_