La URSS quiere sacar sus tropas de Afganistán durante este año
AGENCIAS, El ministro soviético de Asuntos Exteriores, Edvard Shevardnadze, dijo ayer a la agencia afgana de noticias, Bakhtar, que el Kremlin "desea que 1988 sea el último año de la presencia de tropas soviéticas" en Afganistán. El jefe de la diplomacia soviética declaró que durante su viaje de tres días a Kabul, que finalizó ayer , discutió con el presidente Mohadmed Najibulla la retirada, de los militares y que las condiciones para ello "pueden alcanzarse en un futuro próximo".
Según ha declarado en Nueva Delhi Ada Mishin, número dos de la diplomacia moscovita, la URSS quiere que la ronda de conversaciones sobre Afganistán prevista para el mes próximo en Ginebra sea la última y concluya con un acuerdo.
Mishin, al dirigirse a un restringido grupo de periodistas, dijo que se habían resuelto una serie de cuestiones referentes a la terminación de la guerra de Afganistán y que el punto principal que queda es el del calendario para la retirada de las tropas soviéticas. Algunos efectivos se están ya retirando de regiones de Afganistán donde hay un alto el fuego, añadió el ministro adjunto, y no quedan ya soldados soviéticos en 12 de las 29 provincias del país.
Los rebeldes afganos quieren que los soviéticos se retiren en un plazo de ocho meses. Pero además del calendario de retirada, la URSS está preocupada por qué tipo de Gobierno dejará tras sí en Afganistán.
Esto será probablemente un tema central en las conversaciones de Ginebra patrocinadas por las Naciones Unidas, cuyo secretario general adjunto, Diego Córdovez, mediará entre las delegaciones afganas y paquistaníes. Pakistán representará el punto de vista de la guerrilla muyahidin.
Por otra parte, Louis Mermaz, diputado socialista y ex presidente de la Asamblea Nacional francesa, pidió ayer al número uno soviético, Mijail Gorbachov, que intervenga ante las autoridades afganas para que el periodista Alain Guillo, detenido en Afganistán, sea puesto en libertad en el más breve plazo. La agencia oficial afgana Bajtar acusó ayer a Guillo de "no ser un periodista", sino un agente extranjero que "guiaba a otros espías".
