Comienza en la RFA el juicio contra un libanés acusado de secuestrar a dos alemanes

El juicio contra un libanés musulmán acusado de secuestrar a dos empresarios alemanes occidentales hace un año en Líbano comenzó ayer en Dusseldorf (República Federal de Alemania), en medio de las amenazas procedentes de Beirut de que el resultado afectará al destino de otra persona que está aún en cautiverio por parte de grupos islámicos. Abbas Alí Hamadei, de 29 años, negó ayer ante el tribunal de apelación la acusación e hizo un llamamiento a través de su abogado para que los secuestradores de uno de ellos pongan en libertad a su rehén.

Su abogado defensor, Eckhard Hild, apeló a los secuestradores de Rudolf Cordes, representante de la firma Hoechst, secuestrado en enero de 1987 en Beirut Oeste, para que sea liberado, al tiempo que afirmó que su cliente no tiene nada que ver "ni directa ni indirectamente" en el secuestro de Cordes ni en el de Alfred Schmidt, un técnico de la empresa Siemens. Este último fue puesto en libertad el pasado septíembre.El fiscal acusa a Hamadei de haber organizado la captura de los ciudadanos germano occidentales como medio para presionar al Gobierno de la RFA para que su hermano Mohamed Alí Hamadei no sea juzgado como presunto responsable del secuestro de un avión de la compahía TWA y de la muerte de un pasajero norteamericano, en 1985.

Los Muyahidines para la Libertad (MPL), un grupo radical shií que tiene en sus manos a Cordes, lanzaron una advertencia el lunes por la noche desde Beirut a las autoridades germano occidentales para que sean "cuidadosas en lo que hacen" con Hamadei o afronten las consecuencias.

El grupo, en mensajes enviados a un periodico beirutí, exigió también que cesen de inmediato los "malos tratos" que Abbas Alí y su hermano Mohamed Alí reciben a su entender en las cárceles alemanas.

Preparado para discutir

Abbas Alí Hamadei, que es ciudadano de la RFA desde 1984 tras contraer matrimonio con una alemana, dijo al comienzo del juicio que estaba preparado para discutir todos los aspectos de su vida, pero no los cargos que se le imputan.

El joven de origen libanés, de pelo negro y barba poblada, llegó a la sala en medio de extremas medidas de seguridad con las manos esposadas y vestido con una chaqueta gris, una camisa negra y unos pantalones oscuros.

El juicio se celebra en una sala de alta seguridad de la audiencia territorial de Düsseldorf. Policías armados con metralletas vigilaban el edificio y las entradas, y el público asistente, así como el casi centenar de periodistas que cubren el proceso, fueron sometidos a rigurosos registros.

El acusado fue detenido a finales de enero de 1987 y la policía descubrió entre sus pertenencias más de 16 litros de explosivos líquidos, camufiados en botellas de vino, y 32 detonadores.

Su hermano, Mohamed Alí, fue detenido en el aeropuerto de Francfort poco antes de que se produjera el secuestro de los empresarios alemanes Cordes y Schimdt y es sospechoso de haber participado en el secuestro de un avión de la TWA, en 1985, y del asesinato de uno de los pasajeros, un infante de Marina norteamericano. Abbas Alí se hallaba con él en el momento de la detencíón, pero no fue arresta do. El fiscal sostiene que Abbas Alí viajó luego a Beirut y fue cómplice en el secuestro de Cordes y Schmidt.

Las autoridades de Bonn rechazaron el pasado junio una solicitud de extradición de Mohamed Alí presentada por Estados Unidos por temor a represalias contra los dos ciudadanos secuestrados en Líbano, pero aseguraron que será procesado por presunta responsabilidad en el secuestro aéreo y en el asesinato de un ciudadano norteamericano.

Por otra parte, cinco palestinos juzgados en Pakistán por el secuestro de otro avión norteamericano en 1986 dijeron ayer que pretendían volar el aparato en una misión suicida contra Israel después de poner en libertad a todo el pasaje, pero acusaron a la policía paquistaní de causar la muerte de 22 pasajeros.