Los trabajadores excedentes de Euskalduna reivindican volver al astillero al no haberse podido recolocar
Los 1.300 trabajadores del astillero vasco Euskalduna volverán a reincorporarse a sus estos de trabajo el próximo 1 de enero, al gotar el plazo de permanencia, de tres años, en los fondos de promoción de empleo (FPE). En el mes de noviembre de 1984 el Instituto Nacional de Industria, la Administración y la Unión General de Trabajadores firmaron un acuerdo en el que se recogía el paso de los trabajadores del astillero a los fondos de promoción de empleo y el compromiso del Instituto Nacional de Industria de recolocar, antes del mes de diciembre de 1987, a todos los trabajadores acogidos a esta medida.
Según el acuerdo, en caso de que quedaran excedentes, los trabajadores volverían a reincorporarse a la plantilla laboral finalizados los tres años. Esta medida fue rechazada en un principio por la plantilla laboral, pero finalmente fue aceptada. Cuando el plazo fijado está a punto de agotarse son 1.300 trabajadores los que permanecen en el fondo de promoción de empleo sin que el INI les haya creado ningún puesto de trabajo en Vizcaya. La empresa Astillero Euskalduna forma parte de Astilleros Españoles, SA (AESA). En ella están integradas la mayoría de las empresas navales enclavadas en las márgenes del Nervión. El sector naval genera tres empleos fuera del sector por cada trabajador integrado en la plantilla. La casi paralización del desarrollo del sector naval, como el caso de Euskalduna, donde permanecen en activo un mínimo de trabajadores que se dedican a tareas de reparación fundamentalmente, ha supuesto una pérdida progres¡va de puestos de trabajo en toda la cuenca industrial del Nervión.
Durante el presente año, cinco trabajadores acogidos a los fondos de promoción de empleo han decidido acabar con su vida en la provincia de Vizcaya. El último caso se produjo el 25 de septiembre, cuando Manuel Rodríguez decidió precipitarse al vacío desde una altura de ocho metros. Era el segundo trabajador del astillero que moría desde que se puso el marcha la reconversión en 1984, ya que el 23 de novierribre de ese año Pablo González murió de un ataque al corazón cuando se refugiaba de una carga policial en el interior de un barco.
Los planes de reconversión de AESA, firmados en noviembre de 1984, recogían el compromiso del INI para aceptar la suspensión de contratos de los trabajadores excedentarios, al tiempo que se comprometía a crear en 36 meses tantos empleos como excedentes se produjeran en el sector naval, distribuidos geográficamente en proporción al impacto relativo de la pérdida de puestos de trabajo. Durante el mes de diciembre de aquel año se abrió un plazo para que los trabajadores de AESA, junto con los de Astano, suspendieran sus relaciones laborales con la empresa, ante lo cual podían acogerse al fondo de promoción de empleo o rescindir su contrato con la empresa y cobrar la indemnización, mientras que todos los trabajadores mayores de 55 años podían acogerse a la jubilación anticipada.
Este acuerdo fue rechazado en un principio por los trabajadores, que protagonizaban diariamente duros enfrentamientos con la policía en las calles de Bilbao. El acuerdo contenía también el compromiso de canalizar un plan estratégico de actuación a corto y largo plazo, un plan estatal de flota, y la vuelta a la empresa de los no recolocados antes del 31 de diciembre de 1987. Tres años después, los trabajadores acogidos al FPE no han sido recolocados, no ha habido un plan de flota y el 80% de las plantillas de reparaciones están en regulación de empleo.
Cuando está a punto de finalizar el plazo de permanencia en el FPE, a los trabajadores se les ha planteado las opciones de la indemnización o de la prórroga durante otros 18 meses en el FPE, alternativas que el comité de empresa no considera válidas.
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