Productores y banqueros europeos se preparan para competir con el cine norteamericano
Silvio Clementelli, actual presidente de los productores de cine italianos, creador de la Clesi Cinematográfica, con la que ha realizado más de 40 películas, entre ellas el famoso serial Cristoforo Colombo, en colaboración con la RAI-TV italiana, tiene un proyecto que podría acabar revolucionando el cine europeo. "Es", dice a EL PAÍS, "más que un proyecto. Hemos creado ya un club de productores y banqueros europeos que se propone crear un cine, o mejor un producto audiovisual, tan bueno en calidad e interés que pueda competir hasta en Estados Unidos".
Silvio Clementelli ha sido además jefe de producción de la Titanus, la mayor compañía cinematográfica, desde 1954 hasta 1963, llevando a cabo para dicha sociedad más de 100 películas. Advierte que el proyecto que él propugna no significa "pretender hacer un cine europeo que haga la guerra a Estados Unidos, pero sí que pueda ayudarles también a ellos a liberarse de un cine monocorde. Si el cine norteamericano triunfa hoy en el mundo es sólo un problema de dinero, porque para hacer hoy un producto audiovisual realmente bueno, interesante: y que guste a todos está claro que lo primero que se necesita es mucho dinero".Esta idea de un grupo de productores y banqueros europeos, que financian y realizan un producto que puede ser presentado por cualquiera de los países de la Comunidad y en el que cada país puede participar con la cuota que quiere, puede acabar con la esclavitud de las antiguas coproducciones, en las que cada país quiere imponer su actor o su propia idea.
"Hay que olvidarse", dice el presidente de los productores italianas, de la imagen del productor "siempre a la búsqueda del gran golpe, del éxito espectacular, para privilegiar más bien la figura del productor moderno". Y añade que a este productor de los años noventa "hay que ponerle a su disposición el público europeo, que cuenta con 300 millones de personas y que, por tanto, posee el potencial para cubrir costes de producción incluso de entidad considerable".
Ventajas
La ventaja de este nuevo modo de hacer cine europeo que puede servir también para fuera de Europa, explica Clementelli, consiste además en el hecho de que cada productor no deberá, como en el pasado, recuperar lo que ha invertido principalmente en su propio mercado, sino que será dueño también de la porcentual de propiedad del producto, que habrá cubierto con su cuota en todos los mercados del mundo, incluido el suyo propio".Una cosa es cierta, dice Clementelli, y es que hoy hay sed de grandes espectáculos, que está aumentando a pasos agigantados la demanda de productos audiovisuaies, sobre todo a través del aumento de los vídeos en el mundo. Sólo en Europa hay que cubrir 150.000 horas de espectáculo audiovisual al año, sin contar Estados Unidos. De ahí que haya espacio para poder producir, sin miedo a que el producto se quede sin venta si es "bueno".
A través de este club de productores y banqueros basta que uno de los productores de cualquiera de los 12 países de la Comunidad Europea tenga una idea y presente un proyecto para que tenga la posibilidad de ser realizado. Porque si los bancos de su país, hipotéticamente, no estuvieran interesados en la idea, podrían estarlo otros. Además, se trata de una buena inversión, porque cada país sería propietario de los resultados de la película en todo el mundo en la medida de la cuota invertida. Y a un banco que invierte en un proyecto junto con otros bancos de otros países no le interesa tanto que el producto pueda tener éxito en el propio país, sino en general. De ahí el interés común para que el producto final sea sobre todo interesante, de calidad, capaz de ser vendido en todas partes.
Silvio Clementelli, en una reciente reunión de banqueros y productores europeos, ha insistido en que hoy es urgente "hacerse promotores en Europa de nuevas iniciativas". Y está seguro de que apenas este nuevo proyecto de la producción de un cine europeo empiece a dar buenos frutos, serán los mismos Gobiernos quienes cambiarán sus legislaciones anticuadas para facilitar "una auténtica cooperación empresarial europea".
El creador del proyecto ha recorrido ya toda Europa exponiendo las finalidades del nuevo club, que tiene ya en Roma una sede. "He estado también en España conversando con productores y banqueros". Aunque confiesa que el hecho de que en España existan diversas asociaciones de productores ha complicado un poco las cosas.
Babelia
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