Washington se abstiene en la resolución de la ONU que deplora la actitud de Israel

Estados Unidos, rompiendo por una vez su absoluto alineamiento con su mejor aliado, se ha abstenido en las Naciones Unidas donde el Consejo de Seguridad ha deplorado la actuación de Israel en los territorios árabes ocupados. La irritación de Ronald Reagan, cansado de la ineficacia de la diplomacia silenciosa, ha provocado además una crítica pública de las "severas y excesivas medidas de seguridad" utilizadas por el Gobierno israelí contra los manifestantes palestinos.Parece que no es mucho pero viniendo de Washington, que históricamente no critica en público a su estratégico aliado, supone una señal de la impaciencia de esta Administración con Israel. "La abstención de EE UU es una victoria para nosotros y significa, de hecho, un apoyo a la resolución del Consejo de Seguridad", explicó ayer un portavoz de la Liga Arabe.

La resolución, adoptada con 14 votos a favor y ninguno en contra, solicita al secretario general, Javier Pérez de Cuéllar, que antes del 20 de enero examine la situación con todos los medios a su alcance y recomiende fórmulas para mejorar la seguridad de los palestinos".

La Casa Blanca, en una declaración muy medida, evitó culpar únicamente a Israel de la violencia. "Ambos lados son responsables. Las manifestaciones y los disturbios, y el excesivo uso de fuego real no pueden sustituir a un auténtico diálogo", declaró el portavoz presidencial, Marlin Fitzwater. "Los efectos de la ocupación", añadió, "no se sienten sólo en los territorios ocupados, sino que dañan la imagen de Israel en la opinión pública mundial". Añadió que EE UU ha estado en contacto con líderes palestinos y varios países árabes.

Representantes del poderoso grupo de influencia judío norteamericano advirtieron ayer del peligro de que los incidentes de Gaza, que han causado ya la muerte de 22 árabes, erosionen el apoyo automático de que goza Israel en EE UU. Miembros de la comunidad árabe norteamericana se quejan de que la reacción de Washington "continúa siendo tímida" y piden que se utilice el arma de la ayuda militar y económica para presionar a Israel, absolutamente dependiente del presupuesto estadounidense.

Las imágenes de la represión indiscriminada, mostradas todas las noches por las cadenas de televisión norteamericanas, y la necesidad de intentar mantener una apariencia de equilibrio en el conflicto de Oriente Próximo, han forzado finalmente las quejas de la Administración de Reagan. El presidente ha calificado la situación de "lamentable". Preguntado por la impasibilidad de los dirigentes de Israel ante la opinión pública internacional, respondió: "Quizás ellos no estén preocupados, pero el mundo lo está". Reagan, que ya no puede ser reelegido, tiene las manos libres para criticar a Israel.

Washington ha solicitado tres veces por vía diplomática y sin éxito al primer ministro, Isaac Shamir, que no se empleen armas de fuego para contener las protestas. Fuentes del Departamento de Estado insisten en que la inacción es peligrosa y puede tener graves consecuencias a largo plazo para EE UU.