La desilusión del Cristo
Los ancianos de un barrio de Palencia cobrarán un año después la quinta parte del 'gordo' que les tocó
Cuando, el pasado año, seis series del número 3.772 dejaron en Palencia 1.500 millones de pesetas, los vecinos del popular barrio del Cristo subieron a festejar su buena fortuna a los pies de la monumental imagen de más de 20 metros que da nombre a la barriada, el Cristo del Otero.El primer premio se había repartido desde el bar del Hogar del Jubilado, lo que suponía que todos los ancianos del barrio eran nuevos millonarios.
El regente del local, Jacinto Sánchez Zambrana, había vendido 230 participaciones de 500 pesetas cada una, por lo que el total del premio ascendía a 1. 150 millones.Sin embargo, la ilusión duró bien poco. Sánchez Zambrana había vendido más participaciones que décimos compró, lo que sumió aún más en la desesperación a los vecinos del barrio, compuesto fundamentalmente por jubilados y trabajadores manuales, muchos desempleados.
Los compradores de las 230 participaciones confían en repartirse en esta semana los 250 millones que finalmente les correspondió, dado que Sánchez Zambrana sólo había comprado en décimos 25.000 pesetas. El pasado viernes se hizo firme la sentencia que ha condenado al estafador de la lotería a 18 meses de prisión, lo que le ha permitido abandonar la cárcel al haber cumplido como preventivo un año de condena y beneficiarse de una reducción en la pena.
Sánchez Zambrana no ha vuelto por el barrio y ha salido de la ciudad, aunque su situación ya no importa a la mayoría de las víctimas de la estafa, que sólo esperan que la firmeza de la sentencia permita levantar la retención judicial del premio, depositado desde hace un año en la Caja Postal de Palencia al 7% de interés.
Un año para cobrar
Sin embargo, no todos los compradores de participaciones han conseguido sobrevivir durante el año para. conocer el desenlace de la estafa y llegar a cobrar el devaluado premio. La elevada edad de muchos de los compradores ha motivado que algunos hayan muerto y abandonado para siempre las partidas de cartas del Hogar del Jubilado; al menos tres de aquellos afortunados con mala suerte han fallecido sin poder cobrar ahora esa quinta parte del premio inicial. Uno de ellos, Félix de la Hoz, llegó incluso, antes de morir, a solicitar en el juzgado que le permitieran cobrar cualquier cantidad ante la precariedad económica por la que atravesaba.Los socios del Hogar del Jubilado no han perdido, sin embargo, la esperanza de que el gordo les toque de verdad antes de morir. La mayoría juega este año las participaciones de la Mutua Parroquial San Ignacio, que gestiona a los vecinos del barrio un futuro entierro económico. "Todo es muy legal este año", subraya con énfasis el vicepresidente del hogar, Timoteo Ustio, de 66 años, a la vez que añade: "Quiera Dios que la suerte remedie este año lo que pasó el anterior para que no se nos corte de repente la alegría".
Timoteo, agricultor y trabajador manual jubilado, con 10 hijos, debió haber percibido después del sorteo del pasado año los cinco millones que correspondían a la única participación de 500 pesetas que compré, aunque ahora sólo recibirá algo más de un millón.
Percibir una quinta parte del premio inicial no parece satisfacer demasiado a Dionisio Zorrilla, presidente de la comisión que los afectados por la estafa constituyeron para defender sus intereses. "Dentro de lo malo, bienvenido sea, pero eso de recibir uno cuando podías haber percibido cinco duele mucho", asegura este joven de 25 años, que trabaja en un almacén como vendedor de productos de electricidad.
Zorrilla, elegido en su día por su juventud como presidente de los afectados por la estafa, no puede evitar el recordar cómo muchos de los vecinos del Cristo agraciados con el último gordo tuvieron que devolver a los pocos días los coches, electrodomésticos o muebles que habían comprado a cuenta del premio. "Fue un delito contra la ilusión. El gordo puede volver a repetirse, pero a mi me parece que esas cosas pasan sólo una vez en la vida" dice con cierta pena y resignación.
La estafa del pasado gordo de Navidad no ha influido, sin embargo, en los palentinos, quienes juegan este año de manera similar al pasado.
La delegación de Hacienda de Palencia ha repartido en billetes de lotería entre las 24 administraciones distribuidas entre la capital y los pueblos de la provincia más de 560 millones. El pasado año, los palentinos jugaron poco más de 500 millones de pesetas.
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