La guerra de los huevos
Una broma navideña degenera en un acto de vandalismo
Los 2.000 alumnos y alumnas del colegio religioso Amor de Dios, de Alcorcón, se hicieron el martes pasado una idea de lo que los saguntinos pasaron cuando las huestes de Aníbal les cercaron. Desde las once de la mañana, y durante casi dos horas, su colegio fue apedreado y rodeado por un ejército juvenil que celebraba de esta manera la tradicional huevada, una costumbre que empezó hace cinco años para conmemorar la llegada de la Navidad con lanzamiento de huevos y que, año tras año, ha incorporado nuevos participantes.
A las nueve de la mañana, sor Isabel mandó que se bajaran todas las persianas, se echaran los candados alas puertas y que nadie saliera al patio. Todos los alumnos -estaban mentalizados para soportar un año más la huevada. Hasta los más pequeñitos que habían oído hablar de ella a sus hermanos mayores.A las 11, después de arrojar el primer cargamento de huevos a la fachada del colegio La Inmaculada, cerca de mil jóvenes llegaban a la plaza donde está el Amor de Dios. A éstos se les unían otros tantos que habían acordado encontrarse en una plaza cercana. Una vez allí, una avanzadilla lanzó el primer cargamento de huevos. Pocos segundos después llegó otro grupo comandado por jóvenes que se cubrían con gorros, pañuelos y bufandas y con gafas oscuras. Sus armas, palos y piedras. Su objetivo, entrar en el colegio.
Según algunos padres, los jóvenes actuaban con total coordinación. A golpe de silbato forzaron la puerta de la valla y mientras unos apedreaban la fachada, otros destrozaban los cristales de la puerta de entrada.
Un testigo afirmó que la policía no pudo controlar el asalto. "Aquello parecía los sanfermines, con carreras por todas partes", aseguré. La asociación de padres presentó posteriormente una denuncia en el juzgado acusando de pasividad a la policía.
"Estaban como enloquecidos, histéricos", afirma un comerciante que le pareció reconocer en el atuendo de los enmascarados bufandan y gorros del Real Madrid.A la una de la tarde, los alumnos del colegio pudieron salir del centro con la protección de sus padres y la policía. Todos sabían que lo que había pasado no era otra cosa que la huevada.Tanto los directores de los institutos cercanos como el concejal de Educación, Félix Antón, creen que no sólo había chavales de Alcorcón. La convocatoria fue más amplia, "y como se siga así, el año que viene vendrán hasta de Alcobendas'.Sor Isabel no duda de que hay algo detrás de esta acción. "Cuando empezaron las huevadas era una simple broma sin más trascendencia, pero el año pasado, cuando los alumnos de este centro no secundaron las huelgas de estudiantes, ya hubo alguna violencia". Para sor Isabel, puede haber algo ideológico detrás de estos hechos.
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