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España y EE UU intensifican los contactos sobre las bases pese a retrasar la nueva ronda negociadora

Los contactos reservados entre las Administraciones de España y EE UU se han intensificado en los últimos días a pesar de que paralelamente ambas partes decidieron suspender la octava ronda negociadora, prevista para los pasados días 18 y 19, y postergarla hasta enero. Fuentes de Exteriores indicaron que difícilmente pasa una semana" sin que el titular del departamento, Francisco Fernández Ordóñez, y el embajador de Estados Unidos en España, Reginald Bartholomev, hablen sobre las perspectivas de la negociación.

Las fuentes informantes indican que incluso ha habido "contactos informales" sobre -cómo podría configurarse a grandes rasgos estructurales el próximo convenio de amistad. España prefiere que los aspectos defensivos no primen sobre los culturales o educativos, y ya existe un cierto consenso para que en lugar de un solo acuerdo haya tres o cuatro diferentes para otras tantas áreas.En medios diplomáticos españoles consultados por este periódico aseguran que "no hay propuestas nuevas" por parte norteamericana, y que fue esta :'alta de novedades -"se niegan a hablar de la salida total de los 72 aviones F-16 de Torrejón", dice un negociador español- la que aconsejó, "de mutuo acuerdo", el aplazamiento de la octava ronda.

Las fuentes norteamericanas no se mostraron de acuerdo con esta tesis y aseguraron que la posición de EE UU no ha sido inamovible. Recordaron que Washington ofreció inicialmente la salida de Torrejón de los 72 F-16 y su traslado a Morón. Luego propuso la salida del territorio español de uno de los escuadrones (24 aviones) de que se compone el ala táctica. Para estas fuentes norteamericanas es el Gobierno español el que se ha mantenido inflexible desde que comenzaron las negociaciones, al no variar en su postura de que abandonen Torrejón los 72 F-16.

Ninguna de las dos partes ha querido comentar estos días una información difundida hace tres semanas por la agencia Efe desde Nueva York, en el sentido de que en una próxima ronda EE UU ofrecería a España la retirada escalonada de los 72 aviones F-16: un primer escuadrón en 11 meses, el segundo en cuatro años y el tercero dentro de 10 años, a contar desde el próximo mes de mayo.

Ni España ni EE UU ha llegado tampoco a desmentir rotundamente que tal ofrecimiento se haya hecho llegar oficiosamente al Palacio de Santa Cruz, y algunas fuentes diplomáticas españolas han llegado a insinuar que Bartholomew se lo comunicó "como una idea más" a Fernández Ordóñez en el curso de un encuentro reservado que mantuvieron a finales de noviembre.Pero en cualquier caso España no parece dispuesta a aceptar tales plazos: Felipe González dijo que le parecían "inadmisibles". Sin embargo, las fuentes gubernamentales consultadas insisten en silenciar cuál sería, a juicio de Madrid, un plazo aceptable, y se limitan a señalar, por ejemplo, que "incluso cinco años sería un plazo excesivo" para que los F-16 abandonen Torrejón.

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Mayor agresividad verbal

Cuando se iniciaron las negociaciones, el Gobierno español afirmó que sería "flexible" en el plazo para la salida de los cazas. Ahora, en cambio, la posición al respecto parece más dura, al menos en Exteriores, aunque no tanto en Defensa. Esto hace pensar que en realidad la negociación podría centrarse en un futuro próximo en la concreción del plazo para la salida de los aviones.

Hasta que EE UU no acepte la salida de los F-16, el Gobierno español no está dispuesto a discutir cuál será el contenido real del futuro convenio. Ambas partes se declaran convencidas de que hasta que no se produzca una aceptación norteamericana de la salida de los aviones, la agresividad verbal española irá en aumento. El Ejecutivo ya ha decidido que si en marzo aún no se ha alcanzado un acuerdo de principio se comunicará a los estadounidenses que deben iniciar el desmantelamiento de las bases dos meses más tarde, ya que en mayo concluye la vigencia del actual convenio.

Si para marzo no hay acuerdo será prácticamente imposible contar para mayo con el nuevo convenio, ya que debe ser ratificado por las Cortes.

Según el convenio actual, los norteamericanos, en caso de no alcanzarse un acuerdo, dispondrán de un plazo de un año, a partir de mayo, para desmantelar sus sistemas en España. Esta hipótesis, sin embargo, no llegará a producirse porque ambas partes, y sobre todo EEUU, necesitan un acuerdo previo, según aseguran todas las fuentes consultadas.A medida que avanzan las negociaciones, el Ejecutivo español se muestra más convencido de la conveniencia de que abandonen Torrejón los F-16. Según informaciones obtenidas en Madrid, en los últimos años esos aparatos han ido incrementando sus misiones en áreas no relacionadas directamente con la defensa de Europa. De hecho, según las fuentes españolas consultadas, en muchos de los ejercicios que realizan hacen las operaciones de reabastecimiento en vuelo sobre áreas muy próximas a Israel, lo que indica que la unidad está preparada y entrenada para actuar preferentemente en esa zona, y no tanto en un hipotético frente europeo.

Nada que decirse

La ronda negociadora prevista para los pasados días 18 y 19 fue aplazada, tras una breve consulta entre ambas partes, porque estaba claro que "no había nada que decirse", como afirma un integrante de la comisión española, ya que la decisión adoptada desde Madrid para que los 72 F-16 abandonen Torrejón es firme y no habrá avances hasta que Washington lo acepte así. Por eso, EE UU ha llegado a calificar esta actitud de "imposición" y no de negociación.A pesar de ello, las fuentes oficiales españolas estiman positivo el que, desde Washington, empiece a aceptarse que la postura española es sólida. El relevo de Caspar Weinberger por Frank Carlucci al frente del Pentágono es visto con buenos ojos desde Madríd, porque se cree que Carlucci, buen conocedor de España, es más consciente de que el Gobierno español no cederá en sus pretensiones.

Presiones europeas

No obstante, en medios políticos españoles se asegura que en los próximos meses pueden aumentar las presiones de gobiernos europeos, sobre todo en el seno de la OTAN, para que España desista en su postura sobre los F- 16. Al respecto, fuentes oficiales españolas responden que habría que preguntar a los gobiernos europeos si alguno está dispuesto voluntariamente a acoger en su territorio esos aparatos.

Portugal, Italia, Bélgica y la República Federal de Alemania han sido los cuatro países europeos citados hasta ahora como posibles destinos de los F-16. Ni los gobiernos de esos países ni los de ningún otro se han mostrado favorables al traslado.

El probable aumento de presiones europeas contra España coincide con el deseo americano de discutir el problema de las bases en el seno de la OTAN.

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