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El cierre de Aluminio Español es un "desastre nacional", y tardará 6 meses en normalizarse, según el director de la planta

La planta de Aluminio Español está irremediablemente perdida, afirmó ayer Manuel Franco Leal, subdirector del complejo de Alúmina-Aluminio y director de la planta de Aluminio. Franco calificó el cierre de la planta como un desastre nacional: "Aluminio producía el 55% del total del país. En estos momentos, España ha perdido más de la mitad de su capacidad de producción industrial en el sector del aluminio, y ha quedado cerrada una de las fábricas más modernas del mundo".

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Franco salía así al paso de las últimas declaraciones efectuadas por el comité de empresa que, a la 1.30 del jueves sostenía aún que la situación no era irreversible y que la factoría podría volver a funcionar sin demasiados costes. La dirección de la factoría ha anunciado ya el despido de unos 80 trabajadores, la regulación de empleo para muchos más y la exigencia de responsabilidades civiles y penales al comité.Las últimas esperanzas del comité se centraban en una inspección realizada a última hora del miércoles en la planta de Aluminio, cuando se comprobó que el metal líquido de las cubas de producción tenía todavía una temperatura de 735 grados en la serie A y de 760 grados en la serie B, ambas compuestas por 256 cubas cada una.

Sin embargo, Manuel Franco explicó en la mañana del jueves que el proceso de producción de aluminio es algo mucho más complejo y delicado que lo que valoró el comité de empresa. "Por debajo de los 300 grados de temperatura", afirmó Franco Leal, "el 60% del metal está solidificado y ya es completamente imposible hacer funcionar de nuevo el sistema".

Franco explicó que el día 15, martes, las 256 cubas de la serie A eran ya irrecuperables, pero que hasta las ocho de la tarde todavía existía una posibilidad de salvar la producción de la Serie B. "El 15 por la tarde bajé a hablar con el comité de empresa y les aseguré que era la propia supervivencia de la factoría la que estaba en peligro inminente. No me creyeron". [El comité sostuvo siempre que las proclamas de la dirección sobre el peligro de cierre de la factoría eran un engaño para obligarles a volver al trabajo sin condiciones].

Las tareas para poner en marcha de nuevo la planta de Aluminio son muy complejas y costosas. Según los datos facilitados por Franco Leal y por Félix Sánchez Tembleque, jefe de la serie A, primero hay que esperar un plazo de dos meses hasta que la cubas se enfríen del todo. Luego habrá que proceder a arrancar el metal solidificado, sustituir las piezas dañadas y comenzar de nuevo el proceso de arranque, que, a su vez, es también muy complicado. Sólo se podrían poner de nuevo en funcionamiento tres o cuatro cubas diarias, lo que significa un plazo de seis meses hasta que la planta estuviera a pleno rendimiento. Si se decide relanzar la producción de la fábrica, los costes estimados oscilan entre los 16.000 y los 19.000 millones de pesetas.

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Por su parte, Xose Manuel Beiras, parlamentario regional del Bloque Nacionalista Galego, presentó ayer una denuncia para que se abra una investigación sobre el comportamiento de la dirección de la empresa en la crisis de Alúmina-Aluminio. "Creemos que ésto ha sido un pretexto para provocar una reconversión salvaje", dijo Beiras.

[Mientras, la mayoría de los grupos de la oposición pidieron ayer en el Congreso de los Diputados la dimisión de diversas autoridades por la evacuación de los habitantes de Finisterre tras las explosiones ocurridas en el Cason en la noche del pasado día 10, informa Efe. En el debate parlamentario el ministro de Transportes, Abel Caballero, afirmó que "no se ocultó nada y en todo tiempo se tuvo informada a la población para evitar falsas alarmas".]

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