El delicado proceso de paralizacion
El complejo industrial de Alúmina-Aluminio de San Ciprián, al norte de la provincia de Lugo, cuenta con una de las tecnologías de producción de aluminio más modernas de las utilizadas hasta el momento, y es la única de España que dispone de cubas de ánodos precocidos.La paralización de la factoría se ha producido al hallarse desatendidas las cubas de electrolisis, solidificándose el aluminio que en ellas se producía. Una de las posibles soluciones para su recuperación sería alimentarlas con sobretensión, lo que puede poner en peligro la subestación eléctrica del complejo. En torno alas dos plantas, la de alúmina y la de aluminio, se levanta un macrocomplejo industrial que cuenta, entre otros servicios, con puerto comercial, embalse de aprovisionamiento de agua, subestación eléctrica, planta generadora de vapor y taller de electrodos.
El proceso de producción se inicia con el almacenamiento de la bauxita y su posterior molienda húmeda con adición de licor gastado y formación de la pulpa con las propiedades adecuadas del proceso en tres molinos de barras. La pulpa se traspasa más tarde a cuatro tanques de retención, previamente calentada a 92 grados centígrados por inyección de vapor, y se homogeneiza por agitación, realizándose en esta fase la predesilificación de la bauxita. Después llegarán los procesos en la central de vapor, digestión, filtración y precipitación.
En cuanto a la calcinación, la instalación recibe el hidrato de los- clasificadores de precipitación, y en ellos se realiza la eliminación del agua estructural para obtener como producto final la alúmina anhídrida que se precisa para la electrólisis, lo que se consigue con tres unidades de calcinación. En los hornos de lecho fluidizado, el hidrato se hace pasar en contracorriente con aire caliente, obteniéndolo por combustión del fuel.
Partiendo de la producción mencionada y en las 512 cubas de electrólisis del tipo de ánodo precocido de 20 electrodos a doble fila, se logra el aluminio por el procedimiento electrolítico, calentando las cubas a 960 grados y con la ayuda de ánodos y cátodos y altas corrientes eléctricas para conseguir la descomposición de la sustancia y extracción del oxígeno, dando lugar al aluminio líquido, que una vez obtenido se comercializa en forma de tochos, lingotes o barras.
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