La Dama se descubre

Nacho Goberna e Ignacio Valencia, la Dama se Esconde presentaron su tercer disco en concierto con muchos asistentes conocedores de su estilo lírico y lineal, de una serie de canciones valiosas y conmovedoras que ahora también incitan al baile. "Hemos aprendido bastante en este año de carretera", explica Nacho, cantante y compositor, "y si canto cosas fuertes tengo que interpretar con una fuerza acorde".Este dúo de San Sebastián ha deseado aprender, pulir aquí y allá, hasta reforzar ese sonido que a tantos parecía tan blando cuando actuó en Madrid la última vez. Ambos han excitado su voluntad en este cambio decisi vo de su carrera -con el concato de Wea Records y el álbum correspondiente, La tierra de los sueños- gracias a un fin convincente y siempre satisfactorio para cualquier artista: comunicar, agitar al público.

Se han descubierto a sí misrnos. Han encendido el motor y se han puesto a desarrollar sus cualidades en el momento oportuno. Goberna hace canciones de estructura muy semejante, con un concepto casi común, determinado quizá por cierta limitación rítmica que le obliga a trabajar en un campo musical reducido. Ahora bien son canciones muy personales de talento único, canciones de pop encantador. El escritor-cantante, en su afán loable de llegar al oyente e incluso de Ramar la atención, esfuerza su garganta, su voz, en cada momento. Uno y otro son afortunados en deseos, en cuantiosos deseos. "Esta es nuestra tierra de los sueños, bienvenidos seáis".

Y han cuidado sus sueños sonoros con fidelidad a los arreglos, a la producción del disco. Y en este tratamiento más decidido a potenciarse, a ser más enérgicos, han adaptado temas del pasado, como Un regalo, concebido en su día con un espíritu más sereno.

Los tres músicos acompañantes participan con su dominio de los instrumentos. Trabajaron en recitales varios y, como necesaria consecuencia, en la grabación del elepé. Por eso suenan como el disco.

La Dama se Esconde han animado su propia fiesta, adornada en escena con una sencilla iluminación, con proyecciones calidoscópicas, o grabados, o paisajes fotografiados. La Dama soñadora se despierta.