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CITA EN WASHINGTON

La cena del año

Pilar Bonet

Ciento veintiséis selectos invitados asistían anoche en la Clasa Blanca al acontecimiento social más importante del año en Washington: la cena de Estado en honor de Mijail Gorbachov y su esposa, Raisa, donde estaban representados el mundo de la política, los negocios, la cultura y el deporte estadounidenses.Una vez repartidas las invitaciones a los miembros de alto nivel de ambas delegaciones, tinos 90 cubiertos suscitaban la codicia de quienes se creían con derecho a ser invitados y que consideraban su ausencia una pérdida de posición social.

La lista incluía hombres de negocios como el presidente de Occidental Petroleum, Armand Hammer; los presidentes de la Ford y la General Motors y el banquero David Rockefeller. En el campo de la cultura estaban los actores Claudette Co1bert y James Stewart y el víolonchelista exiliado de la URSS Mstislav Rostropovich.

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Por sugerencia del Departamento de Estado, había entre los comensales algunos duros de esta Administración y de otras, como el ex secretario de Estado Henry Kissinger, el ex secretario de Defensa adjunto Richard Perle, la antigua embajadora en la ONU Jeane Kirkpatrick y el ex consejero de Seguridad Nacional Zbigniew Brzezinski. Tales personajes no habían sido invitados para molestar a, los soviéticos, sino para satisfacer su interés, según el Departamento de Estado.

En el elenco figuraba también un reducido número de periodistas especializados en la URSS, tales como el ex corresponsal de The New York Times Hedrick Smith, o Trobe Talbott, autor del libro Gambitos mortales. El deporte estaba representado por la gimnasta olímpica Mary Lou Retton y la tenista Chris Evert. Amenizaba la velada el pianista Van Cliburn, que fue el primer norteamericano ganador del concurso de plano Chaikovski y quien ya tocó durante la estancia de los Jruschov en 1959.

Los comensales se distribuían en dos mesas, una presidida por Ronald Reagan y Raisa Gorbachova y otra por Mijail Gorbachov y Nancy Reagan. Los brindis se iban a hacer con champaña. Estaba previsto que la cena concluyera temprano, en consideración al riesgo de jet lag (trastornos por el cambio de hora) de los invitados soviéticos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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