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Reportaje:

Vivir con un corazón ajeno

La supervivencia, 20 años después del primer trasplante, es del 80% en pacientes jóvenes

Al principio fueron aclamados como héroes; después, denunciados como Frankenstein. Pero ahora, 20 años después de que estos cirujanos ampliasen las fronteras de la ciencia, son reconocidos como pioneros de lo que se ha convertido prácticamente en una operación rutinaria. Algunos de ellos, como el surafricano Christian Barnard, que realizó el primer trasplante de corazón, el 3 de diciembre de 1967, han sido aclamados y odiados casi en la misma medida. Pocos médicos de este siglo han sido objeto de tanta publicidad, tantas conjeturas y tanta adoración como los cirujanos que iniciaron este tipo de trasplantes.En las dos décadas que han pasado desde que Barnard extrajo el corazón de una mujer de 24 años, a la hora y media de que hubiese muerto, y lo implantó en el pecho de Louis Washkarisky, de 55 años, se han llevado a cabo unas 5.500 operaciones semejantes. Aunque Washkarisky vivió sólo 18 días, tiempo suficiente como para que él se comparase a sí mismo con el monstruo del doctor Frankenstein, la operación gozó de mucha popularidad, ya que ofrecía una esperanza para miles de personas que se enfrentaban a una muerte segura. Hacia 1968 se habían llevado a cabo 100 operaciones similares, pero las cotas de supervivencia eran muy pobres, ya que el cuerpo rechazaba su nueva bomba, y el público comenzó a desconfiar de los trasplantes de corazón y a preguntarse sobre los hombres que los realizaban.

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"Si me hubiese preguntado usted hace 10 años si los trasplantes de corazón iban a durar, le hubiera contestado que estaba descontento con el entusiasmo que mostraba el mundo médico, pero ahora le diré que estoy realmente muy satisfecho", confesó Barnard a la agencia Reuter en una entrevista telefónica.

2.000 al año

Lo que salvó del descrédito a estos cirujanos fue la ciclosporina, un fármaco antirrechazo desarrollado en los primeros años de la década de los ochenta. Con la ciclosporina, los trasplantes de corazón se relanzaron, siendo 1985 y 1986 los dos años más abundantes en casos. Cerca de un 62% del total de los injertos de corazón se realizó en esos años. La Intemational Society for Heart Trasplantantion inició en 1980 un registro voluntario de datos de los distintos centros que realizan trasplantes. Según los datos de la última reunión, celebrada este año en Nueva York, desde que se inició el registro se han realizado 4.600 trasplantes, 3.623 de ellos en los últimos cinco años. Debido a la limitación del número de' donantes, los expertos esperan que la cifra de trasplantes se estabilice en 2.000 casos al año.Después de Estados Unidos son Canadá, Francia y el Reino Unido los centros más activos en lo que se refiere a este tipo de operaciones. El programa de trasplantes de corazón en España se inició en el año 1983 (aunque Cristóbal Martínez Bordiú realizo un primer trasplante sin éxito el 18 de septiembre de 1968, en la residencia sanitaria La Paz. Actualmente, el Ministerio de Sanidad y Consumo tiene cinco, centros acreditados para la realización de esta modalidad de trasplante, habiéndose realizado desde 1983 un centenar de operaciones.

Si los receptores son jóvenes y no padecen otra patología, la supervivencia al año de la operación se encuentra entre el 80% y el 90%. La edad media de los pacientes trasplantados es de 41 años, pero entre los receptores se encuentran desde niños recién nacidos hasta adultos de 66 años. Hace apenas un mes se realizó en Estados Unidos un trasplante en el paciente más joven hasta el momento. Baby Paul, que nació por cesárea en el momento que se conoció la existencia de un donante adecuado, recibió un corazón ajeno a las tres horas de nacer.

Barnard asegura que lo que más recuerda del primer trasplante de corazón no es la cirugía, sino una llamada que hizo después. "Llamé al superintendente del hospital Groote Schuur para decirle lo que acababa de hacer. Le molestó que le despertase", recuerda Barnard desde la ciudad de Oklahoma, donde actualmente enseña seis meses al año en el Baptist Medical Centre. "Le expliqué que habíamos trasplantado un corazón humano y me contestó que esperaba que el paciente siguiese bien. Después colgó". Barnard dijo haber salido entonces del hospital y,haberse metido tranquilamente en su coche. "No había periodistas ni cámaras de televisión. No sentí que hubiera realizado una hazaña en absoluto. Sólo pensé que era una extensión del trasplante de riñón. Esperábamos que funcionase, y así ftie. Washkarisky murió de neumonía".

Controversia

El cirujano surafricano se hizo famoso de la noche a la mañana, y se convirtió en un personaje controvertido, llenando titulares con su vida privada al estilo de la jet-set. "No teníamos nada que ocultar. Obedecimos las leyes civiles, criminales y éticas. Se me criticó por celos y por falta de comprensión. Hubo una respuesta política. La primera cosa que me preguntó la BBC fue si yo hacía aquello para mejorar la mala imagen de mi pais", dice Barnard.Tres años después de que Barnard llevase a cabo el primer trasplante de corazón, las cotas mundiales de supervivencia a esta operación eran bajas, y fue Norman Shumway, en el centro médico de la universidad de Stanford, en California, el que mantuvo la técnica viva en sus peores años.

Su éxito se debió a su extremada perfección en la técnica, habiendo experimendado en cientos de perros. Justo después de que Shumway realizase su primera operación de corazón en una persona, el 6 de enero de 1968, un colega suyo le preguntó cómo se sentía. Sin resentimiento aparente, Shumway contestó: "¿Recuerdas al segundo hombre que llegó al Polo Norte?". Veinte años más tarde, Shumway afirma que Barnard utilizó su técnica quirúrgica en aquel primer trasplante. En los últimos años de la década de los sesenta, Barnard, en un viaje a Estados Unidos para estudiar trasplantes de riñón, observó a un cirujano de Stanford hacer trasplantes de corazón con perros en la facultad de Medicina de Virginia, en Richmond.

Desde que Shumway realizase su primera operación de trasplante, el centro médico de Stanford ha llevado a cabo trasplantes en 472 pacientes. De ellos, 219 (un 46% de los receptores de trasplantes de Stanford) han sobrevivido. Stanford también presume de contar con el paciente que más ha sobrevivido del mundo, Willem van Buuren, de San Rafael (California), que ha vivido 17 años con su nuevo corazón.

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