Jebali: "Sin amnistía total no habrá democracia en Túnez"

Hamadi Jebali, de 38 años, condenado a muerte en rebeldía por las autoridades tunecinas el pasado octubre, es hoy el máximo responsable en la clandestinidad del partido tunecino Movimiento de Tendencia Islámica (MTI). Ingeniero especializado en energía, casado y padre de tres hijos que permanecen en Túnez, Jebali dirige este movimiento como secretario general adjunto responsable de las relaciones políticas. Refinado, de alta talla y rostro ascético, llevá 10 años de clandestinidad y exilio. En Madrid fue entrevistado por EL PAÍS.

Pregunta. ¿Qué papel ha jugado su partido, proscrito, en el reciente cambio operado en Túnez?Respuesta. El Movimiento de Tendencia Islámica ha estado en la vanguardia del derrocamiento de Habib Burguiba. Por ello ha pagado el alto precio de 15 mártires, decenas de prisioneros y numerosos sufrimientos. Burguiba cayó por la conjunción de dos factores: la presión popular y la de Zin Ben Alí [nuevo hombre fuerte de Túnez].

P. ¿Qué propone su partido para Túnez?

R. Libertad, democracia, pluralismo político, justicia social. En síntesis, islam, basado en una lectura progresista de sus enseñanzas sociales y económicas.

P. ¿Qué es más peligroso para el proyecto político que preconiza su partido, el régimen dictatorial de Habib Burguiba o el reformismo del general Ben Alí?

R. Prefiero el infierno de la democracia al paraíso de la dictadura. Quizá Burguiba era nuestro adversario más fácil, pero me gusta más combatir políticamente por medios democráticos. La democracia es una pugna por la palabra y el voto, mientras que la dictadura es una lucha a sangre y fuego. En Túnez, hoy aún es reversible el proceso político emprendido. La verdadera democracia consiste en hacer irreversible el proceso de la libertad, y esto no se ha logrado todavía.

P. ¿Cuál es, a su juicio, la prueba democrática que debe superar el nuevo régimen tunecino?

R. La amnistía general para todos los presos políticos.

P. ¿También para los comunistas?

R. También. La libertad es indivisible. No puede negociar quien no es libre, y si no hay amnistía, Túnez no tendrá libertad ni democracia.

P. De fracasar, ¿preconizarían ustedes un retorno a la lucha armada?

R. La lucha armada no es nuestro camino. Es una vía que no lleva a ninguna parte. No expresa los intereses de nuestro pueblo. Nuestro líder, Rachid Ghanuchi [cuya condena a muerte fue sustituida por cadena perpetua y trabajos forzados], ha dicho: "No quiero que se vengue mi muerte, porque mi sangre regará todas las flores de la libertad".

P. ¿Cuál es la relación de fuerzas entre el MTI y el Gobierno de Ben Alí?

R.Prefiero hablar de relación de diálogo.

Diálogo con el general

P. ¿Existe diálogo entre ustedes y el general?

R. Hemos pedido el diálogo con el general Ben Alí, pero, desgraciadamente, hasta ahora no ha habido respuesta a nuestra demanda. Más bien se ha producido una respuesta negativa, implícita en la condena a muerte de uno de nuestros compañeros, Alí Larrayed. Esta decisión de Ben Alí nos parece muy grave.

P. ¿Cómo la explica?

R. Creo que Ben Alí y su Gobierno desean sólo jugar, mercadear con la vida de Alí Larrayed para dividirnos y tomar posiciones de fuerza previas al diálogo. Intentan camuflar así el problema central, que consiste en el reconocimiento del Movimiento de Tendencia Islámica como un partido político popular.

P. ¿Qué relaciones mantiene el MTI con Irán?

R. No existe relación alguna.