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Indicios de que una rotura de bazo causó la muerte del mendigo que mató a un policia

El mendigo José Antonio Cantó Ruiz, de 49 años, hallado sin vida el pasado día 17, cuando se encontraba recluido en los calabozos de la comisaría de Málaga, debió de morir como consecuencia de una rotura del bazo, según diversas opiniones recogidas en fuentes médicas y jurídicas. El vagabundo parece que sufrió también un "pinchazo" en el abdomen, al clavarse una navaja que escondía entre sus ropas, durante el forcejeo que mantuvo con los policías que le detuvieron, según el letrado Carlos Larrañaga. La víctima estaba acusada de la muerte del policía municipal José Luis Herrera Gálvez.

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El pasado día 16, José Antonio Cantó salió con una carabina del local en construcción en que vivía, cerca del hospital malagueño Carlos Haya. Un vecino observó este hecho y avisó a la Policía Municipal.Una patrulla compuesta por Herrera y una agente femenina acudió al lugar donde se había producido la alarma. Al tratar de reducir al demente, éste arrebató la pistola a uno de los funcionarios y abrió fuego. Herrera Gálvez resultó muerto.

Tras ser trasladado al Hospital Civil, el médico de guardia comprobó que Cantos sufría una herida inciso-contusa en la región parietal, labio superior y en la parte izquierda del abdomen. Tras limpiar y suturar las heridas, fue dado de alta y trasladado a la comisaría de policía, donde falleció horas más tarde, cuando bebía un vaso de agua.

A pesar del hermetismo del caso, fuentes próximas a la investígación opinan que "Cantó pudo sufrir rotura del bazo a causa de los golpes recibidos y tener una hemorragia interna, según todos los datos que conocemos". Médicos especialistas en cirugía han indicado que uno de los síntomas de este tipo de lesiones es la sensación de sed y dolor sordo durante horas.

Larrañaga explicó que la herida inciso-punzante que el mendigo presentaba en el vientre podría habérsela ocasionado con una navaja que llevaba abierta y escondida en los calzoncillos. El arma se clavaría en el cuerpo de la víctima de forma accidental durante el violento forcejeo que mantuvo conlos policías que le detuvieron. Los abogados que ejercerán la acción popular no han podido determinar si ha prestado declaración el médico que atendió al mendigo y posteriormente le dio de alta por considerar que sus heridas eran leves.

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José Antonio Cantos era hijo de José Jiménez Meléndez, apodado el Zancas, un hombre que se echó al monte durante la guerra civil para evitar ir al frente. Tuvo un enfretamiento con falangistas y mató a uno de ellos, lo que le obligó a convertirse en maquis.

Un niño en el juzgado

Durante su huida por las estribaciones de la serranía de Ronda, El Zancas estuvo acompafiado por su mujer, Juana Luque, que quedó embarazada. Al dar a luz a un niño, el matrimonio decidió entregar la criatura a Cristóbal Gallego, encargado de un cortijo de la sierra de Gibralgalia.

El citado campesino acogió al niño y lo entregó en el Juzgado de Casarabonela, un pueblo situado a 50 kilómetros de Málaga. El secretario del juzgado, Salvador Cantos Ruiz, decidió adoptar al bebé y darle sus apellidos. Así nacia legalmente José Antonio Cantó Ruiz.

Salvador Cantos, al que todo el mundo recuerda por su joroba, murió años m ás tarde, y quedaron frustrados sus deseos de que el chico estudiara. "A los 12 o 13 años se echó a la mala vida y seguro que se volvió loco de los palos que le dieron", dice un familiar del difunto José Antonio Cantó.

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