La 'cumbre' árabe acepta reincorporar a Egipto
Los líderes de los 21 Estados árabes reunidos en la cumbre extraordinaria de Amman aprobaron esta madrugada el regreso de Egipto a la Liga Árabe, aunque aclararon que cada miembro de la organización tendrá libertad para restablecer o no relaciones diplomáticas con El Cairo, según informaron fuentes confiables de la reunión. Un comunicado oficial al respecto será emitido al finalizar hoy las sesiones de la cumbre, según las fuentes. Egipto fue expulsado de la Liga Árabe en 1979, tras pactar el Gobierno de Anuar el Sadat una paz por separado con el Estado de Israel. Tras este acuerdo entre Egipto e Israel, la mayoría de los Estados árabes rompieron relaciones con El Cairo.
ENVIADO ESPECIALEl reingreso de Egipto en la Liga Árabe había sido propuesto por iraquíes, jordanos, saudíes y kuwaitíes, entre otros países árabes conservadores. Un portavoz oficial sirio, citado por la agencia Sana, había declarado, horas antes de la decisión, que el retorno de Egipto tendrá "más consecuencias nefastas que resultados positivos".Algunos de los ricos Estados petroleros del Golfo -probablemente Arabia Saudí, Kuwait, Bahrain y los Emiratos habían advertido que restablecerían relaciones diplomáticas con Egipto, decida lo que decida la cumbre.
Por otra parte, el presidente sirio, Hafez el Asad, y el iraquí, Sadam Husein, se reconciliaron en la noche del pasado lunes, en el transcurso de una reunión de ocho jefes de Estado árabes presidida por el anfitrión de la cumbre extraordinaria de Amman, el rey Hussein. Las consecuencias de ese gesto simbólico son oscuras y hay que esperar a conocer las resoluciones de la reunión, cuyo final está previsto para hoy, para ver si Siria cambia su alianza con Irán por la amistad con Irak. El presidente sirio, sin embargo, dejó claro ayer que sólo aceptará una resolución relativa a la guerra del Golfo que incluya la petición de retirada de las flotas de EE UU y de otros países de las aguas de la región.
Las entre los regímenes sirio e iraquí han sido, en el transcurso de los últimos siete años, el principal obstáculo para la adopción de una política común árabe frente a la revolución islámica del imam Jomeini. Estas diferencias proceden, en primer lugar, de la pugna entre Damasco y Bagdad por el liderazgo del movimiento baazista, reivindicado por ambas capitales. El baazismo es una ideología nacida en la década de los cuarenta que propugna la unidad del mundo árabe en una sola nación, el laicismo y un vago socialismo.
Damasco y Bagdad se distanciaron definitivamente con el comienzo de la guerra del Golfo. Los sirios tomaron el partido de los iraníes y acusaron a los iraquíes de haber comenzado un conflicto que distrae a los árabes de su principal objetivo: la lucha contra Israel. En octubre de 1980, Irak rompió relaciones diplomáticas con Siria como protesta por la entrega de armas a Irán por parte del régimen de Hafez el Asad.
En la noche del lunes, por primera vez en esta década, Hafez el Asad y Sadam. Husein posaron juntos ante los fotógrafos y cámaras de televisión. Ambos hombres, no obstante, habían sostenido un encuentro secreto el pasado abril en un lugar del desierto Jordano.
'Hermanos enemigos'
La reunión entre los presidentes sirio e iraquí tuvo lugar en la suite que el rey Hussein ocupa en el hotel Plaza de Animan, sede de la cumbre árabe. Asad y Sadam Husein estaban separados por el presidente argelino, Chadli Benyedid, que también ha trabajado duro en los últimos tiempos para conseguir la reconciliación de los llamados hermanos enemigos.En la suite estaban asimismo presentes el príncipe heredero saudí, el emir de Kuwait, el presidente de los Emiratos Arabes Unidos y el de Yemen del Norte.
Desde el primer momento, el presidente sirio ofreció una imagen distendida y sonriente, mientras que al iraquí le costó hacer aflorar una sonrisa. Ambos dirigentes, según el portavoz de la cumbre, el ministro de Exteriores jordano, Taher al Masri, "expusieron con franqueza y claridad sus opiniones divergentes". Se sabe que Sadam Husein insistió en el "peligro que Irán supone para todo el mundo árabe", y pidió formalmente el reingreso de Egipto en la Liga Árabe.
Al término del encuentro, de cuatro horas de duración, el sirio y el iraquí se abrazaron y se dijeron unas cuantas palabras amables delante de sus pares. Aunque no se conozca aún en qué medida ambos hombres cedieron en sus posiciones, ese gesto ha sido considerado ya por fuentes Jordanas como "el más grande éxito de la reunión de Amman".
La Prensa siria se mostró ayer muy cauta respecto al encuentro entre Hafez el Asad y Sadam Hu.sein. El único cambio significativo en los medios de comunicación sirios fue el cese del epíteto de régimen fascista que habitualmente usaban para referirse al de Bagdad. Periódicos y radios siguieron subrayando que la guerra del Golfo "sólo sirve al imperialismo".
Por otra parte, el líder de la OLP, Yasir Arafat, se reunió ayer con el rey Hussein y aseguró posteriormente que había llegado a un acuerdo con el monarca jordano para reanudar los esfuerzos para conseguir la paz en Oriente Próximo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.