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El grupo CELSA plantea a Industria el cierre de la siderúrgica gallega Sidegasa

Enric González

El grupo CELSA (Compañía Española de Laminación, SA) planteó el viernes pasado al Ministerio de Industria la necesidad de cerrar la empresa Sidegasa (Siderúrgica de Galicia, SA), dentro del plan diseñado para acceder a los beneficios de la reconversión del subsector de aceros comunes. Sidegasa tiene 520 trabajadores y su capital es de varios bancos y de la Caja de Galicia, aunque en los últimos dos años ha pertenecido de hecho a CELSA a través de un contrato de gestión.

En la documentación aportada por el grupo CELSA (CELSA, Torras Herrería, Nueva Montaña Quijano y Sidegasa) al Ministerio de Industria se solicitan para el cierre de Sidegasa las ayudas previstas en el decreto sobre reconversión "como medida necesaria para salvaguardar los derechos de los trabajadores". También se prevé que los acreedores anteriores a la suspensión de pagos cobrarán un 25% de la deuda y los demás percibirán el 80%.Sidegasa, algunos de cuyos trabajadores zarandearon el pasado agosto al vicepresidente Alfonso Guerra, suspendió pagos en 1981 y tiene serios problemas financieros agravados desde el ingreso de España en la CE, ya que las normas comunitarias sobre libre competencia bloquearon un paquete de ayudas y subvenciones públicas que sumaba unos 1.000 millones. El desfase originado por este hecho deterioró notablemente su situación.

Jubilaciones anticipadas

El documento de CELSA también plantea el achatarramiento de un horno de recalentamiento en la propia CELSA y el de un horno eléctrico en Torras Herrería, justificado por la especialización en distintos productos (Torras los grandes calibres y CELSA los pequeños) que se decidió tras la toma de control de Torras por parte de CELSA el pasado verano. También se solicita la jubilación anticipada de los trabajadores de Nueva Montaña Quijano mayores de 55 años.La mayor parte de las empresas de acero común han presentado también sus propuestas para la reconversión. El grupo vasco Unión Cerrajera, que incluye a Nervacero y Laminor, ha propuesto el achatarramiento del 30% de sus instalaciones, para lo que pide una subvención de 7.125 millones. También plantea una reducción de plantilla que afectaría a 784 trabajadores, con un coste de 2.000 millones.

En las próximas semanas se desarrollarán negociaciones entre las empresas y Juan Ignacio Bartolomé, gerente del plan de reconversión, para concretar las propuestas empresariales.

Uno de los puntos de los que se hablará es la propuesta, por parte de algunas empresas, de que en el sector puedan formalizarse Jubilaciones anticipadas desde los 52 años. Ello reduciría de forma bastante homogénea el número de trabajadores del subsector y permitiría que los excedentes laborales de las empresas que reducirán plantilla fueran absorbidos por las demás.

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