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La URSS acusa a los "militares imperialistas" de querer mantener su superioridad

Pilar Bonet

El ministro de Defensa soviético, Dimitri Yazov, acusó ayer en la plaza Roja de Moscú a los "círculos militares imperialistas" de continuar aspirando a la superioridad militar". Yazov, de 65 años, pronunció el discurso con ocasión del desfile militar celebrado en presencia del líder Mijail Gorbachov y de la dirección política soviética para conmemorar el 70º aniversario de la Revolución de Octubre.

La parquedad decorativa del escenario y la presencia de unidades militares ataviadas y equipadas con traje y pertrechos de época fue la novedad de este desfile que Gorbachov, abrigado con una bufanda de lana y un gorro de piel, contemplaba desde la tribuna del mausoleo de Lenín en una mañana soleada de clemente temperatura con el termómetro a sólo seis o siete grados bajo cero.Junto al máximo dirigente se encontraban el presidente del Presidium del Soviet Supremo, Andrei Gromiko; el jefe del Gobierno, Nikolai Rizhkov, y otros miembros del Politburó y del secretariado del Comité Central. Entre ellos estaba el jefe del partido en Moscú y miembro suplente del Politburó, Boris Eltsin, cuyo futuro debe ser decidido después de los festejos que culminaron ayer. Entre los invitados extranjeros presentes en la tribuna estaba el líder cubano Fidel Castro, que añadió a su tradicional vestimenta caqui una gorra de piel y quien conversaba animadamente con Gorbachov. Estaban también el dirigente polaco, Woyciej Jaruzelski, el búlgaro Todor Zhivkov y el germano oriental Eric Honecker, y el presidente rumano, Ceaucescu.

Yazov sustituyó a Serguei Sokolov al frente de la cartera de Defensa soviética tras el aterrizaje del joven piloto germano occidental Mathias Rust en la plaza Roja de Moscú el pasado mayo. Como su antecesor, Yazov es miembro suplente del Politburó y su discurso ante tropas de la guarnición de Moscú y representantes de las academias militares de elite fue más matizado y conciliador que el pronunciado hace exactamente un año en igual ocasión. En aquel entonces las funciones de máxima autoridad militar, encargada del discurso y el pase de revista a la tropa, recayeron en el primer viceministro de Defensa, ya que Sokolov estaba enfermo.

Ausencia de elogios

No hubo este año los elogios a las fuerzas armadas y a la oficialidad que sonaron en 1986. En lugar de ello, Yazov dijo que el Ejército soviético, al igual que todo el país, "experimenta una perestroika destinada a incrementar la vigilancia y la capacidad de combate".Los ataques directos a EE UU y a la OTAN pronunciados el año pasado fueron sustituidos por una nueva fórmula según la cual "pese a las tendencias favorables en las relaciones internacionales, la situación en el mundo sigue siendo complicada" y "no se ha erradicado la amenaza de guerra nuclear". "Los círculos imperialistas reaccionarios, ignorando las enseñanzas de la historia, continúan aspirando a la superioridad militar", dijo el ministro. "En estas condiciones, el PCUS y el Estado soviético tornan las medidas necesarias para mantener el potencial militar de la URSS a un nivel tal que nadie se atreva a violar su vida pacífica". La fórmula empleada el año pasado hablaba de un "incremento del potencial militar".

Yazov atribuyó "especial importancia" al encuentro cumbre que han de mantener Gorbachov y Reagan el próximo diciembre en Washington, y afirmó que durante el mismo se "examinará" el futuro del acuerdo de reducción en un 50% de las armas ofensivas estratégicas y del acuerdo de observancia del tratado ABM de 1972 durante un plazo acordado por ambas partes.

Tras una banda de música militar, el desfile, en el que según expertos militares occidentales no se presentó nuevo armamento, era encabezado por un veterano de Afganistán, el comandante Nikolai Kravchenko, condecorado con el título de héroe de la Unión Soviética, según manifestó la televisión en su retransmisión directa del festejo.

Ante las murallas del Kremlin desfilaron destacamentos de soldados vestidos con capotes de la guerra civil que siguió a la revolución, unidades de caballería y carros tirados por cuatro caballos y equipados con anticuadas metralletas. Entre las unidades que desfilaron había contingentes de la academia de defensa química Timoshenko que organizaron la descontaminación de la central nuclear de Chernobil después del accidente de abril de 1986. La parte militar del desfile, que duró poco menos de una hora, fue seguida por una manifestación civil que iba encabezada por grupos de ciudadanos ataviados con trajes de época.

En la tribuna de invitados se encontraba Raisa Gorbachova, la esposa del dirigente máximo de la URSS, que conversó con los periodistas y manifestó su intención de ir a Washington el mes que viene para acompañar a Gorbachov. Vestida con un abrigo de pieles gris y blanco y un gorro también de piel color blanco, Raisa dijo haber estudiado alemán en la escuela y haber aprendido algo de inglés por su cuenta.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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