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DESTINO, TEHERÁN

El Gobierno dice que aprobó una venta de armas sin saber que llegarían a Irán

El Gobierno autorizó en abril de 1986 la venta de 220.000 detonadores (estopines) a la firma sueca Scandinavian Commodities para su posterior exportación a Grecia, sin conocer que esta u otra firma los instalaría posteriormente en material de guerra (granadas de obús y proyectiles) cuyo destino final era Irán. Fuentes oficiales califican de erróneas las informaciones publicadas en Francia que involucran a la Empresa Nacional Santa Bárbara en el tráfico ilegal de armas a Irán a través del puerto de Santander y, aseguran, las revelaciones "pueden pretender desviar la atención hacia España en una venta de armas cuya parte del león corresponde a empresas francesas".La autorización gubernamental de la venta se realizó en la reunión que la Junta Interministerial de Armas celebró el 23 de abril de 1986, con asistencia de representantes de los ministerios de Economía y Hacienda, Exteriores, Defensa e Industria y Energía. En el expediente aprobado figura Grecia en el destino final; la empresa española Santa Bárbara, como fabricante, importadora y exportadora a la vez de los estopines, y la belga Gechen, como suministradora de una parte de los detonadores que, por falta de existencias e imposibilidad de fabricación inmediata en Santa Bárbara, tuvo que ser comprada en el exterior.

"El Gobierno ha cumplido y cumple escrupulosamente todas las normas legales existentes que impiden vender armas o material de defensa a países en conflicto", declaró ayer a este periódico una fuente gubernamental autorizada. "El Gobierno, en ningún caso, puede pretender controlar lo que sucede con el material que vende a países, o empresas de países, que no están en guerra y que luego desvían lo adquirido hacia zonas en guerra", añadió.

"No hay nada raro"

Por su parte, portavoces de Santa Bárbara informaron ayer que "no haya nada raro en la transacción". Según ellos, la operación comenzó cuando Scandinavian Commodities se puso en contacto el pasado año con Santa Bárbara para adquirir espoletas de proyectiles de obús para un pedido con destino a Grecia. Para cumplir el pedido, con plazo de compromiso muy corto, la empresa española importó parte de la orden, que llegó por tren en el mes de febrero a través de la frontera de Irún, y que, tras su paso por Toledo, fue exportada por el puerto de Valencia.Fuentes oficiales solventes aseguran que la exportación de estopines nada tiene que ver con el barco que estuvo fondeado en el puerto de Santander, adonde llegó procedente de Cherburgo, y que, según las revelaciones de la Prensa francesa, llevaba armas con destino a Irán.

Sobre los estopines, las fuentes aseguran que "nunca hubm dudas de que el destino era Grecia". "Es como si suministramos pedales para una bicicleta fabricada en otro sitio y luego el vehículo se vende a un tercer país", dijo.

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