Los principes de Gales establecen una 'tregua' durante su visita a la RFA

El príncipe y la princesa de Gales están aprovechando su estancia de una semana en la República Federal de Alemania (RFA) para salir al paso de las sólidas especulaciones que ponían su matrimonio al borde de la ruptura. Carlos y lady Di muestran en suelo germano la imagen que corresponde a un matrimonio feliz, tras numerosas semanas de distanciamiento y caras largas.

Los acontecimientos del pasado fin de semana -en que la ausencia de Diana en una boda a la que asistió toda la familia real contribuyó a avivar los rumores sobre la irreparable crisis matrimonial de los príncipes de Gales- han convertido una rutinaria visita oficial en el foco de atención de la Prensa británica e internacional.Los periódicos de ambos países rivalizaban ayer en informar sobre el cálido acercamiento experimentado por la pareja en la República Federal de Alemania, aún más notable por el hecho de que cuando los viajeros salieron de la capital británica mostraban rostros huraños.

La Prensa británica, y en particular los periódicos populares, aparecía ayer con grandes titulares en primera página que reflejaban lo ocurrido en Berlín, primera escala del viaje de siete días que los príncipes van a realizar en la República Federal de Alemania.

"Todo sonrisas", "El cariño de Charlie", "Querida mía" y un juego de palabras para indicar que "han vuelto los tiempos felices" eran los titulares que mostraban a los londinenses el cambio producido en las relaciones entre los príncipes.

La entrega, sin embargo, no era total. Se mantenían algunas reticencias. Donde un periódico hablaba de que "Carlos y Diana establecen una tregua" otro se refería a una "Reconciliación real en el Rin".

Lo que resulta evidente es que, tras la pronunciada crisis que parecía atravesar el matrimonio, Carlos y Diana han optado por mostrarse ante el curioso mundo pendiente de ellos como una pareja feliz.

Carantoñas, susurros, sonrisas y piropos tratan de ahogar todos los rumores sobre una ruptura que se ha comentado se perfila como inevitable a pesar de la mediación de la propia reina Isabel II, que, según se supo el domingo, convocó el martes a su hijo y a su nuera durante media hora sin lograr resultados satisfactorios.

Los piropos de Carlos

"¿Te encuentras bien, querida?", preguntó el príncipe Carlos a su esposa durante su estancia en Berlín. Las palabras del heredero del trono británico, pronunciadas en voz lo suficientemente alta como para que las oyeran todos los informadores que cubren la visita, eran una constante en toda la Prensa, que también señalaba cómo Carlos piropeó a Diana en público al referirse a ella como "uno de los más espléndidos coroneles del Ejército británico".Según testigos presenciales, este comentario sonrojó a la princesa de Gales, y Carlos, amoroso, le tendió el brazo por la espalda.

La cadena de radiotelevisión británica BBC sigue circunspecta el viaje de la pareja real, y ayer mostró a Diana y Carlos durante el encuentro que celebraron con el presidente alemán occidental, Richard von Weizsácker. La atención del informador y de las cámaras se centró en las piernas de la radiante lady Di, bien visibles por la discreta minifalda que vestía.

La semana pasada, la princesa de Gales acudió sola a un acontecimiento social luciendo un vestido que dejó sorprendida a la concurrencia: un traje de noche con cuerpo de terciopelo negro y falda púrpura, rematado por un gorguera de este mismo color. Sobre el pecho, una gran cruz de plata.

El estilo Tudor del terno permitió a la Prensa popular británica hacer el domingo un chiste en el que la princesa aparecía con ese mismo vestido y llevando su cabeza bajo el brazo, rememorando los tiempos en qué las esposas de Enrique VIII tenían problemas con su real consorte.