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Denunciado un 'Irangate francés' a seis meses de las elecciones presidenciales

La venta clandestina de armas a Irán por parte de la empresa francesa Luchaire, al parecer con la aprobación de ex altos responsables socialistas cuando estaban en el Gobierno, puede convertirse en un Irangate a la francesa seis meses antes de que se celebren las elecciones presidenciales en el país.

Varios periódicos franceses señalaban ayer que, de 1983 a 1986, una empresa privada, la firma de armamentos Luchaire, vendió 450.000 obuses al régimen de Teherán, con el aval del Ministerio de Defensa, dirigido en esa época por Charles Hernu, pese al embargo francés de venta de armas a Irán.Un informe confidencial, redactado por el interventor general del Ejército, Jean-Francois Barba, fue remitido en junio de 1986 al presidente, el socialista François Mitterrand, al primer ministro, el conservador Jacques Chirac, y al ministro de Defensa, André Giraud, y, posteriormente, a mediados de octubre pasado, al juez instructor encargado de la investigación.

Este informe, parcialmente publicado por dos semanarios, cuestiona la actuación de los miembros del equipo de Hernu, y de tres generales del Ejército Francés de los que uno, René Audran, fue asesinado en 1985 en París por el grupo terrorista Acción Directa.

El primer secretario del Partido Socialista francés, Lionel Jospin, tras desmentir el domingo las alegaciones de la Prensa anunció ayer su intención de pedir la publicación del informe y manifestó que las acusaciones contra los socialistas "forman parte de una operación directamente vinculada con la proximidad de las elecciones".

Según el semanario de derechas L'Express, el juez encargado de la investigación consideraba al industrial Daniel Dewarvrin y a Jean-François Dubos, miembro del equipo de Hernu y hoy integrante del Consejo de Estado, como los principales vehículos del tráfico ilegal de municiones hacia Irán.

El caso Luchaire fue revelado a principios de 1986 por el diario regional Presse de la Manche, con sede en Cherburgo (Normandía). Las municiones fueron, según esa fuente, cargadas en el puerto de esa ciudad y si bien el destino que figuraba en la mercancía eran países como Brasil, Tailandia, Portugal o Perú, su verdadero destino era el puerto fue el puerto iraní de Bandar Abbas.

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