_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El mal camino de la UEO

LA REUNIÓN que la Unión Europea Occidental (UEO) acaba de celebrar en La Haya no marca progreso alguno hacia la revitalización de un organismo como éste, que ha sido desde los años cincuenta una especie de bella durmiente en la organización de Europa. De su revitalización se ha hablado mucho, sobre todo a partir de 1984, cuando empezaron a perfilarse en la OTAN grietas entre Estados Unidos y los países europeos. Desde el principio surgieron fuertes dudas de que esa unión, creada por el Tratado de Bruselas de 1947, pudiese ser el lugar más adecuado para un proceso de europeización de la política de seguridad y defensa. Los hechos confirman el escepticismo.Esta reunión de La Haya ha puesto de relieve hasta qué punto la UEO acepta, e incluso refuerza, la subordinación de Europa con respecto a EE UU, lo cual no coincide con lo que debería ser su papel en la actualidad. Esa subordinación explica la utilización de la reunión de la UEO para intentar ejercer una presión sobre España, en un momento delicado de nuestras negociaciones con EE UU sobre la reducción de su presencia militar en nuestro territorio. Ha sido sintomática la actitud del secretario de la UEO, el belga Alfred Cahen: durante su visita a Madrid en enero de 1986 dijo que España "reunía todas las condiciones para ser miembro de la UEO". Ahora dice que nuestro ingreso podría ser perjudicial. Esta incongruencia es total, cuando desde entonces el hecho nuevo ha sido nuestro sí a la OTAN en el referéndum. En este contexto, lo que resulta verdaderamente escandaloso ha sido que el ministro de Defensa de Holanda, Van Eskelen, uno de los copresidentes de la reunión, haya dicho que esperaba que los F-16 de la base de Torrejón permaneciesen en España. Esta frase suena a los españoles como la mera traducción al idioma europeo de lo que están diciendo los dirigentes norteamericanos. Pero mientras éstos defienden su posición en una negociación bilateral con España, el ministro holandés comete una injerencia por lo menos grosera en un asunto que compete sólo a otros dos países soberanos.

Lo fundamental de la reunión de La Haya fue la aprobación de una declaración-plataforma sobre la defensa europea. En ella se pone el acento en el papel decisivo de las armas nucleares y en el deber de los Estados europeos de respaldar la estrategia nuclear: unos, colaborando en ese terreno con EE UU, y, en cuanto a Francia y Reino Unido, con sus propias armas. Cuando está próximo el acuerdo de EE UU y la URSS suprimiendo los misiles nucleares de alcance medio y corto, Europa debería ser capaz de abordar los problemas de su seguridad partiendo de las nuevas posibilidades que se abren en esta etapa. Obviamente, la UEO en La Haya ha ido en sentido contrario. Hubo discrepancias serias, sobre todo por parte de Italia. Pero, al final, el compromiso se hizo sobre las posiciones tradicionales, con esa acentuación del apoyo al arma nuclear exigida sobre todo por el Gobierno francés.

La plataforma aprobada en La Haya crea un obstáculo muy serio para un eventual ingreso de España. No podríamos en modo alguno poner en cuestión nuestra posición de país no nuclear, ratificada por referéndum, por el prurito de ingresar en un organismo cuyo papel es reducidísimo. En términos generales, esta pretensión de uniformizar las posiciones europeas, a partir del apoyo al arma nuclear, es absurdo en estos momentos. Su efecto será acentuar la marginación de la UEO. Los pasos reales hacia un sistema de seguridad europea tomarán otros caminos, como ya está ocurriendo en la práctica. Los pasos que se pueden dar en ese orden deben partir de las coincidencias y posibilidades concretas. Así se está empezando a hacer. España participa en ese proceso, si bien la cooperación entre Francia y la RFA es el elemento de mayor importancia.

La distinción entre la UEO y el necesario esfuerzo por abordar en un plano europeo los problemas de la seguridad no fueron tenidos suficientemente en cuenta por Felipe González cuando en su decálogo de 1985 hizo una referencia explícita a la UEO, probablemente innecesaria. No es el único caso en que da una sensación de ligereza en materia de política exterior.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_