_
_
_
_
_

Reagan asegura que el acuerdo con Moscú es inminente

Francisco G. Basterra

"Los soviéticos deben dejar de mantener las reducciones de armas estratégicas como rehenes de medidas que debilitarían nuestro sistema de defensa espacial", advirtió ayer Ronald Reagan ante una fervorosa audiencia de 4.400 cadetes de la academia militar de West Point. Parece que el líder soviético, Mijail Gorbachov, ya ha escuchado esta advertencia, porque el presidente de EE UU anunció a los futuros oficiales del Ejército de Tierra que las negociaciones con la URSS "están a punto de producir resultados históricos". Precisamente mañana llegará a Washington el ministro de Asuntos Exteriores soviético, Edvard Shevardnadze, para negociar la conclusión del acuerdo para la eliminación de los misiles de alcance intermedio.

Más información
Las razones del cambio de actitud soviético

Reagan afirmó también que no es cierto que el acuerdo de eliminación de euromisiles signifique la disminución del compromiso de Estados Unidos con la defensa de Europa. "Mantenemos nuestro compromiso con la estrategia de respuesta flexible de la OTAN y quedarán en suelo europeo suficientes armas nucleares para disuadir cualquier agresión", precisó el presidente, quien saludó la voluntad de los aliados de reformar, en materia de defensa, el pilar europeo de la OTAN y expresó su deseo de que ésta sea cada vez más una alianza "entre iguales, entre continentes".Ayer se anunció oficialmente que el ministro soviético de Asurtos Exteriores, Edvard Shevardnadze, llegará mañana a Washington con una carta de Gorbachov, que se espera que haga posible una cumbre este año, en Estados Unidos, sin condicionarla a una limitación en la guerra de las galaxias, para firmar la eliminación de los misiles de medio y corto alcance de Europa.

"Sería muy bueno que Gorbachov pueda ver por sí mismo este país", dijo ayer Reagan; "estoy dispuesto a continuar e intensificar nuestras negociaciones, pero una cumbre no es una precondición para progresos en la agenda de la negociación. Cuando el secretario genera esté preparado para visitar Estados Unidos, yo y el pueblo norteamericano le daremos la bienvenida".

Elogios de las reformas

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El discurso de West Point, a pesar de tener como marco una audiencia militar patriótica por oficio y entregada, no fue duro con la URSS. Reagan elogió los avances realizados por los soviéticos en materia de derechos humanos, aplaudió las reformas liberalizadoras de Gorbachov y pidió que continúe haciendo más El presidente denunció, sin embargo, el "Imperialismo y el expansionismo" soviético en Afganistán y Nicaragua.

A la vez que apoyó el plan de paz para Centroamérica del presidente de Costa Rica, Óscar Arias, pidió la retirada de las fuerzas soviéticas y cubanas de Nicaragua -"esencial para proteger nuestra propia seguridad"- y reafirmó su apoyo a la contra. "Prometo que Nicaragua tendrá su libertad y ayudaremos a la resistencia a llevar adelante su valiente lucha hasta que la libertad esté segura", afirmó Reagan, en la única frase de su discurso que fue interrumpida por los aplausos de los cadetes.

Shevardnadze entregará mañana a Reagan una carta de Mijail Gorbachov en la que se espera que éste acepte venir a Washington para una cumbre, antes de fin de año probablemente, sin condiciones previas. Esto quiere decir que Moscú abandona su exigencia de condicionar la cumbre a una limitación de la guerra de las galaxias.

Anatoli Dobrinin, ex embajador soviético en EE UU y principal asesor del líder del Kremlin en política exterior, confirmó ayer a The New York Times que Gorbachov considera suficiente para acudir a EE UU la firma del acuerdo para la eliminación de los euromisiles. Gorbachov sólo pide ahora a Reagan, según Dobrinin, voluntad para discutir a fondo la relación entre una disminución de los arsenales estratégicos de las dos superpotencias, deseada por ambos en un 50%, y algún tipo de control en el desarrollo de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI).

Los soviéticos quieren que la próxima cumbre produzca algún tipo de entendimiento en este espinoso tema, mediante un acuerdo marco o de principio, que posibilitaría que Gorbachov regresara a Moscú no sólo con la eliminación de los misiles de alcance intermedio en Europa, sino con un paso más en el campo de los cohetes intercontinentales y el sistema de defensa espacial.

Shevardnadze, que viene a Washington de cartero de lujo, trae consigo las ideas de Gorbachov sobre este tema en la carta del líder soviético. En lo que respecta al acuerdo de eliminación de las fuerzas nucleares de alcance intermedio, el trato puede cerrarse ya prácticamente. Existe ya un acuerdo al 98%, dijo el secretario de Estado, George Shultz, el martes en el Congreso de EE UU.

La marcha atrás dada por Gorbachov, que sólo hace cinco días envió a Shultz de vuelta a Washington desde Moscú con las manos vacías negándose a fijar una fecha para una cumbre si no conseguía una garantía previa de que Reagan limitaría de alguna forma su proyecto de defensa espacial, es analizada aquí como un serio error de cálculo del líder soviético. La velocidad en recular se explica por la necesidad de reducir al mínimo el coste político en pérdida de credibilidad de Gorbachov sufrida por este paso en falso.

El dirigente del Kremlin, si este análisis se demuestra finalmente correcto, ha minusvalorado a Reagan -error no infrecuente- calculando que podía presionar aún más rentabilizando la debilidad del presidente sumido en una crisis financiera, en Wall Street, y con serios problemas en el Golfo Pérsico, y de credibilidad interna.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_