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Felipe González rechaza la reinserción para terroristas con delitos de sangre

El presidente del Gobierno, Felipe González, compareció ayer en una inesperada conferencia de prensa en la Moncloa, precisamente en la víspera del quinto aniversario de la victoria electoral que le llevó al poder, para ofrecer una imagen optimista y hasta eufórica de la actual coyuntura: según González, hasta la oposición reconoce unánimemente la mejora de la situación económica, se ha recuperado la confianza interior y exterior y existe un esperanzador grado de consenso con otras fuerzas políticas sobre las posibilidades de un acuerdo para combatir el terrorismo. Respecto a esta cuestión expresó su rechazo a conceder la reinserción a terroristas con delitos de sangre.

Aprovechando la presencia del primer ministro danés, Poul SchIuter en Madrid, Felipe González compareció, primero con SchIuter, luego a solas, ante los informadores, para transmitirles su mensaje de optimismo: González, que rechazó categóricamente la posibilidad de ofrecer la reinserción social a los terroristas implicados en delitos de sangre, dijo que la erradicación del terrorismo "es la que va a permitir avanzar en la respuesta a problemas políticos", como el desarrollo estatutario.Según el presidente del Gobierno, las conversaciones recientemente mantenidas con dirigentes de las fuerzas políticas no socialistas tuvieron un contenido más amplio que el mero análisis del tema del terrorismo, y alcanzaron un grado de consenso que "razonablemente puede esperarse que sea alto".

El optimismo de González se extendió incluso hasta la valoración de la situación de la Bolsa: "si yo tuviera capacidad de inversión, invertiría en Bolsa", dijo aunque, como concesión admitió que sería conveniente frenar ciertos movimientos especulativos. Consideró "lógico" el comportamiento del grupo parlamentario socialista a la hora de votar favorablemente el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 1988 y minimizó las divergencias internas surgidas en la familia del PSOE: "repasen las hemerotecas", recomendó a los periodistas, "no creo que las discrepancias actuales sean más notables que las que se producen siempre tres meses antes de la celebración de cada congreso del partido".

Algo más serias parecen al presidente del Gobierno las desavenencias con UGT: "Creo que hay una visión sindical de los problemas que no es compatible a veces con las decisiones que el Gobierno debe adoptar", aunque, a continuación matizó que "esas discrepancias a veces son más llamativas que dramáticas".

Preguntado si pensaba aprovechar la coyuntura del 31º congreso del PSOE para remodelar su Gobierno, González se negó, lisa y llanamente a responder de manera afirmativa o negativa a la pregunta. También rechazó de plano que resulte algo insólitoque un jefe de Gobierno viaje al extranjero -hoy emprende vuelo a Latinoamérica, donde permanecerá diez días- durante el debate presupuestario, dado, entre otras cosas, que este debate en el Parlamento dura casi tres meses; "prácticamente todos los jefes de Gobierno europeos viajan fuera de sus países durante el debate presupuestario".

Finalmente, González se refirió a la negociación en marcha obre la reducción de las tropas norteamerinas en España, recalcando que trata de evitar que de esta negociación surjan . posiciones hipernacionalistas": "Quiero llegar a un acuerdo con los Estados Unidos", dijo. "No creo que vaya a haber movimientos extraños que me intranquilicen e impidan este acuerdo".

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Guerra y las bases

El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, también comentó ayer la situación de las negociaciones para la reducción de tropas estadounidenses en España. En los pasillos del Congreso de los Diputados Guerra aseguró que el acuerdo con EE UU sobre la reducción de tropas depende exclusivamente de que este país entienda la posición española.

Al mismo tiempo precisó que la, posición española en este tema es muy clara. Precisó que, aunque se intentará un acuerdo, el 14 de noviembre, fecha para la denuncia del mismo, está muy cerca". Guerra manifestó que el Gobierno español mantiene una postura diáfana en este tema, que es, indicó, el respeto a una decisión, que no sólo es del Gobierno, "lo que ya sería suficiente, sino que fue adoptada en un referéndum popular".

Según Guerra, del referéndum se deriva una serie de condicionantes que hacen referencia a las bases estadounidenses en España, por lo que, explicó, "si Estados Unidos no quiere entender que esta es una posición clara del Gobierno que no hace más que respetar una voluntad popular, pues difícilmente se logrará un acuerdo".

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