Jaruzelski desea demostrar a los polacos que la reforma economíca va en serio
El jefe del Estado polaco, Wojciech JaruzeIski, está decidido a demostrar a la población que esta vez la reforma económica va en serio y que existe voluntad política, además de necesidad perentoria, de aplicarla. Los cambios gubernamentales anunciados el sábado forman parte de este esfuerzo de la dirección del partido comunista (POUP) por convencer a los ciudadanos de que las medidas anunciadas en el pleno del Comité Central del partido hace dos semanas para descentralizar la economía, desmontar la burocracia e incentivar la iniciativa personal y la productividad no son frases huecas y declaraciones de intenciones.
El cambio de Gobierno ha sido anunciado poco más de un mes antes de que los ciudadanos polacos sean convocados a decidir en referéndum nacional el :ritmo de aplicación de las nuevas medidas económicas en los aspectos que más les afectan, el desmantelamiento de las subvenciones y el consiguiente aumento general de precios. Para el régimen, la convocatoria de un referéndum de este tipo, insólito en un país socialista, plantea riesgos considerables, como una abstención masiva que abortaría las posibilidades de aplicar la reforma antes de haberla empezado.
Apatía
No obstante, la apatía, el desinterés y la incredulidad de los polacos hacia todo programa o acto que proceda del Estado ha hecho hasta ahora fracasar todos los intentos de revitalizar una economía nacional en agonía. El referéndum es un intento de comprometer a la ciudadanía con las nuevas reformas y evitar que las nuevas subidas de precios provoquen tensiones. sociales que, tradicionalmente, en Polonia desembocan rápidamente en movilizaciones políticas. Los precios deberán subir en el marco de estas reformas un mínimo del 50%, según se estima en Varsovia.La reducción del número de ministerios de 26 a 19 y el desmantelamiento de parte de su" Administración -entre 2.500 y 3.000 funcionarios perderán su actual empleo- es un gesto para demostrar a la población que por primera vez se va a intentar racionalizar un sistema administrativo demencial y se recortarán las competencias del Estado, todo ello pese a perjudicar a colectivos tan incrustados en el aparato como son los funcionarios. Los recortes de personal no serán en sí nada difíciles. Las plantillas de ministerios y oficinas estatales son un ejército de funcionarios lentos o totalmente inactivos, si no ausentes, a quienes los criterios de productividad y servicio público son ajenos.Todos los resortes económicos han cambiado de titular, con excepción destacada del jefe del Gobierno, Zbigniew Messner, economista, que no ha sido llamado a responder por el deterioro de la situación desde que ostenta este cargo. Es posible, como señalan muchos escépticos en Polonia, que JaruzeIski haya reservado a Messner como próxima cabeza de turco para el caso de que las reformas no cuajen.
Margen de maniobra
Sin embargo, se dan también indicios de que Messner puede ser el dirigente capaz de aplicar medidas de racionalización, ahorro y aumento de la autonomía de las empresas, ahora que JaruzeIski tiene margen de maniobra en la comunidad socialista para hacer concesiones políticas a la población. En este sentido se anuncia la próxima promulgación de una ley de asociaciones, y los llamamientos a la oposición política, incluido el sindicato Solidaridad, para que coopere en revitalizar la sociedad para reactivar la economía son continuos.Polonia es, con Hungría, el país de la comunidad socialista en el que el partido gobernante ha adoptado con más entusiasmo la política de apertura y reestructuración del máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov. En la, reciente cumbre del Consejo de Ayuda Mutua Económica celebrada en Moscú se perfiló un curioso eje Moscú-Varsovia-Budapest frente a otros aliados más reticentes a la aceleración de la integración económica, ya sea por una u otra causa.
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