Un nuevo 'barco solar', descubierto junto a la pirámide de Keops

Un segundo barco solar enterrado hace 4.600 años junto a la gran pirámide de Keops, en Egipto, ha sido descubierto y fotografiado por primera vez mediante una sonda. Los científicos norteamericanos y egipcios que participaron en la exploración han utilizado los más sofisticados medios técnicos para no alterar el aire que hace 46 siglos rodea al barco en la cámara. El hecho de no mover la pieza arqueológica de su lugar y realizar las investigaciones sólo por medio de fotos y vídeos responde a una decisión de los científicos y el Gobierno egipcio de preservar el hallazgo de posibles deterioros por manipulación.

El descubrimiento fue hecho por un equipo de investigadores de la sociedad norteamericana National Geographic (NGA) y el organismo egipcio para antigüedades. Este barco solar es similar al encontrado en 1954 en otra cámara a pocos metros de distancia de ésta. El primer barco está fabricado con madera de cedro del Líbano y se encuentra actualmente expuesto en un museo situado ante la gran pirámide. El Gobierno ha decidido dejar en su lugar el barco para evitar su deterioro. En el primer barco hubo que reconstruir algunas partes maltratadas por el transporte.Los científicos perforaron durante tres días con una sonda especial para granito de 160 centímetros e introdujeron una cámara de vídeo, después de tomar muestras de aire, que, al parecer, ha permanecido invariable desde hace 46 siglos. El barco, desmantelado como el anterior y envuelto en lonas, como muestran las fotografías, descansa en el fondo de una cámara de cerca de 20 metros de longitud, tres de altura y cuatro de ancho, aunque no se han determinado con exactitud las dimensiones.

Este hallazgo termina con 30 años de especulación acerca de la posible existencia de otros barcos solares, llamados así porque se enterraban junto a los faraones para que pudieran navegar por el Nilo hacia la otra vida en compañía del dios Ra, el sol.

Una segunda hipótesis afirma que estos barcos eran meros carruajes funerarios en los que el difunto faraón era llevado desde el palacio hasta su tumba, aunque tampoco está confirmado que las tres grandes pirámides de Giza -Keops, Kefren y Micerinos- recibieran los cuerpos momificados de los reyes que las construyeron.

La sonda introducida en la cámara subterránea fue diseñada por expertos de la Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio (NASA) para que el taladro no dejase escapar el aire encerrado en ella ni pudiera entrar ninguna nueva partícula. De esta forma se podrá estudiar la composición del aire de hace 4.600 años en el caso de que la tumba haya permanecido hermética. Los científicos esperan encontrar también polen que ayude a comprender cuál era la flora en el Egipto de la IV dinastía y cuáles son las características de la atmósfera que han permitido la conservación de la madera.La realización del proyecto de exploración, que ha costado cerca de 25 millones de pesetas, ha necesitado dos años de preparación. "La técnica innovadora y no destructiva que hemos utilizado en este proyecto será un nuevo instrumento para los investigadores del mundo entero", opina Wilbur Carret, de la NGA.

"Este método es particularmente valioso porque demuestra que no es necesario mover las piezas arqueológicas de su lugar natural para obtener provecho de ellas", continúa.

El director del organismo de antigüedades egipcio, Ahmed Kadri, afirmó que el sistema se aplicado a otras zonas arqueológicas de Egipto como Luxor, donde se han localizado pero no excavado varias cámaras aún ocultas.