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España y Estados Unidos aplazan la próxima ronda negociadora para la reducción de las bases

Estados Unidos y España aplazaron ayer súbitamente la séptima reunión negociadora para la renovación del convenio bilateral, que debería celebrarse en Madrid el próximo lunes. El aplazamiento se debe, según fuentes diplomáticas en Madrid y Washington, a fuertes divergencias y tensiones en puntos concretos relacionados con la reducción de tropas norteamericanas estacionadas en suelo español. Aunque ambas partes señalaron que la ronda negociadora podría celebrarse a finales de este mes o comienzos de noviembre, lo cierto es que no se ha fijado aún una fecha concreta.

Por ello, el fantasma de la fecha tope del próximo 14 de noviembre, cuando comenzará el proceso de denuncia del actual convenio, sigue planeando en el horizonte, amenazando, según una fuente diplomática española, con "agriar" las relaciones entre los dos países. Ésta es la segunda vez que esta séptima ronda negociadora, que inicialmente debería haberse celebrado en septiembre, queda aplazada de un modo inesperado.Oficialmente, el aplazamiento de la séptima reunión negociadora se debe a "problemas de calendario", sin que una u otra parte quieran achacar a la otra la culpabilidad en el desajuste. El portavoz de la Oficina de Información Diplomática dijo incluso que había habido común acuerdo a la hora de postergar las negociaciones. Sin embargo, los medios diplomáticos consultados por este periódico no pudieron negar que la verdadera razón de este aplazamiento se encuentra en las "serías divergencias" existentes en torno a la reducción de las tropas norteamericanas estacionadas en España, y al deseo de Washington de "ganar tiempo".

"Los puntos en litigio siguen siendo dos: Torrejón y Zaragoza", admitió una fuente gubernamental española, que subrayó que en el proceso negociador, "la verdad es que no se ha avanzado demasiado hasta ahora". La gran divergencia, más en concreto, sigue estribando en la negativa norteamericana a retirar de la base de Torrejón sus 72 aviones F-16, que, según recalcó el vicepresidente norteamericano, George Bush, la semana pasada, son "fundamentales" en la defensa del flanco occidental de la OTAN.

El secretario general del Ministerio de Asuntos Exteriores, Máximo Cajal, y el embajador norteamericano en España, Reginald Bartholomew, encabezan, respectivamente, las delegaciones de ambas partes encargadas de llevar adelante la nueva ronda negociadora, posiblemente la última antes de que, el 14 de noviembre, se ponga en marcha, si no hay acuerdo, el mecanismo de denuncia del convenio bilateral entre España y Estados Unidos. Si entre el 14 de noviembre y el 14 de mayo del año próximo sigue sin llegarse a un acuerdo, se entenderá que no hay nuevo convenio, y los norteamericanos deberán desmantelar sus instalaciones militares en España en el plazo de un año.

Compromiso del Gobierno

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Ninguna de ambas partes cree, obviamente, que las cosas lleguen a tal punto. Pero el Gobierno español se muestra convencido de que "habrá tensiones" y de que "las cosas van a radicalizarse". Las fuentes gubemamentales consultadas por este periódico insisten en que el Ejecutivo "no puede, bajo ningún concepto, ceder un milímetro", y menos ante un compromiso contraído en referéndum.La misma intransigencia a ceder en sus posiciones es perceptible en la parte norteamericana, que no puede permitir un ejemplo como el que la reducción de tropas que pretende España significaría para otros países mediterráneos. Un porta voz del Departamento de Estado norteamericano manifestó ayer que desconocía las razones del aplazamiento, y que con toda probabilidad la reunión se celebraría antes de final de mes.

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