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La venta fraudulenta de armas españolas supuso el 20% de la exportación total del sector

La empresa Grupo Auxiliar Metalúrgico, SA (Gamesa), de Vitoria, suministró a Irán material bélico valorado en 85 millones de dólares (10.200 millones de pesetas al cambio actual) valiéndose de una licencia de exportación tramitada fraudulentamente en Lisboa, al haberse falsificado la firma de un jefe inexistente del Ejército portugués. Esta licencia amparó una de las más grandes operaciones españolas de comercio exterior de armamento. Superó con mucho los 7.000 millones en que se evaluaron los distintos embarques efectuados en el puerto de Barcelona desde diciembre de 1986 hasta mayo de 1987 con destino no solamente a Irán, sino también a Irak, y representó un 20% del total exportado en 1986.

La importancia de la operación se evidencia si se tiene en cuenta que ella sola supone un 20% del total exportado en 1986. Las ventas al exterior de los fabricantes españoles se elevaron a 50.000 millones de pesetas, según manifestó ante la Comisión de Industria del Congreso el ministro de Industria, Luis Carlos Croissier, el pasado 12 de mayo. La licencia de Gamesa abarcó parte de ese ejercicio y del actual.Gamesa pagó por la operación a los intermediarios 8,5 millones de dólares -102 millones de pesetas- que fueron transferidos por un banco al extranjero, para lo que la Dirección General de Transacciones Exteriores del Ministerio de Comercio español debió otorgar el oportuno permiso. El presidente de la empresa Gamesa no ha querido facilitar datos relativos a esta operación, asegurando que eran "secretos".

Las exportaciones fraudulentas de material de guerra al Irán, con la documentación conseguida ilegalmente en Lisboa (EL PAÍS del 13 y 14 de octubre), se llevaron a cabo a través de los puertos de Santander y Barcelona y se iniciaron el 17 de octubre de 1986, finalizando el 18 de marzo de 1987.

Buques sin ruta fija

El transporte se efectuó en, al menos, siete buques, todos ellos tram (sin ruta fija), en su mayoría con pabellones de conveniencia, y escogidos por los receptores de la mercancía. Según se desprende de la licencia de exportación y de las facturas, Gamesa se comprometió únicamente a trasladar el armamento de la fábrica a los puertos y a efectuar las operaciones de embarque. El resto de los trámites comerciales, incluido el seguro y el cambio de rumbo, se atribuyen al destinatario, el gobierno iraní.

El primer embarque del que este diario tiene prueba documental, es el efectuado en el buque Louise A, el 17 de octubre de 1986. La carga abarcaba 3.682 cajas, distribuidas en 593 pallets con un peso total de 270.340 kilogramos, que contenían morteros de 60 y 81 milímetros, así como diversa munición, por un importe total de 1.773.193 dólares. En esta factura estaban incluidos los 173.319 dólares otorgados, en concepto de comisión, a los intermediarios.

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El 4 de noviembre Gamesa fletaba otro barco con el mismo destino oficial -Ministerio de Defensa de Portugal- pero con idéntico destino real, la costa iraní. Era el Sea Trader, con 4.494 cajas en 499 pallets y un peso total de 351.295 kilogramos, que contenían proyectiles diversos y munición de 122 milímetros. El importe de la mercancía era de 1.029.621 dólares.

El 6 de noviembre se realizó un nuevo transporte. La cuarta remesa se efectuó el 28 de noviembre de 1986, también en el Sea Trader. El peso total de la mercancía era 171,310 kilos, distribuidos en 2.168 cajas, a su vez colocadas en 212 pallets. Este envío lo componían también proyectiles -cargas propulsoras completas de 27,7 dólares la unidad- y disparos de 122 milímetros, a 150 dólares cada pieza. Esta factura ascendió a 529.776 dólares.

El quinto embarque se efectuó el día de Navidad de 1986. Tres semanas más tarde se efectuó el transporte más importante, en el buque Atlantic Island. Salió el 13 de enero de 1987 del puerto de Barcelona con 2.263 pallets, que contenían 41.153 disparos de 122 milímetros, 13.944 cargas propulsoras completas y 70.000 espoletas con detonadores y multiplicadores. La factura se elevó a 7.259.199 dólares, con un peso total de 1.766 toneladas.

El último envío se realizó el 18 de marzo en el buque Urrida, de bandera chipriota, que salió de Barcelona. La mercancía almacenada en sus bodegas pesaba 1.300 toneladas y su valor era de 7.220.140 dólares. Como en las anteriores ocasiones, iban destinadas oficialmente al Ejército portugués, pero en realidad fueron desviadas hacia el puerto de Bandar Abbás, en Irán.

La empresa Gamesa no ha querido hacer declaraciones sobre el asunto. Su presidente, Juan Luis Aguirre, aseguró, a preguntas de este diario, que esta información era materia reservada, sobre la que no podía efectuar manifestaciones.

Juan Luis Aguirre añadió que las exportaciones a Irán habían sido "suficientemente ventiladas a través de la Prensa" y que sobre esta cuestión ya estaba "todo dicho". Gamesa colabora desde hace años con industrias estatales como Enasa, Santa Bárbara y CASA, y en su folleto oficial se define como "uno de los principales colaboradores" del Ministerio de Defensa.

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