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Las conexiones de Lüttich

En Avilés se atribuye al supuesto 'capo del contrabando' una operación y pequeñas estafas

La población de Avilés (Asturias) no sale de su asombro desde que la Prensa ha publicado que un tal Guillermo Lüttich, germano-argentíno, copropietario de la empresa avilesina Intramex, es sospechoso de ser el cerebro de una red internacional de contrabando de tabaco. Pocos recuerdan a Lüttich en Avilés, de donde desapareció hace un año con más de tres millones de esa empresa. En esta ciudad no se cree se trate de un mafioso, ya que quien mueve fortunas no se arriesga por un desfalco de tres millones de pesetas.

Tal vez la apreciación que hizo a este periódico un industrial del ramo de la perfumería de Oviedo pueda ser la clave: "A mí, Lüttich me dio la impresión de ser un capo mediano caído en desgracia. Para su empresa legal, Intramex, nos compró una remesa de perfumes, que pagó al contado. Al principio de nuestra relación comercial, a últimos de 1985 y primeros de 1986, se le veía que manejaba dinero, tacos de billetes de francos suizos, pero la segunda remesa que quiso comprar ya no pudo pagarla, no se la servimos y no le volvimos a ver"."Por un montón de pequeños detalles que adviertes cuando hablas con una persona", agrega este empresario, "saqué la impresión de que Lüttich tenía grandes apuros económicos y que era un boquilla que hablaba de sus grandes influencias y contactos en medio mundo. Puede que antes las tuviera, pero ya no. Desde luego, de cerebro de la banda, nada".

En parecidos términos se expresó Gregorio Pérez Alonso, avilesino, quien alquiló a Lottich la oficina donde se instaló Intramex, y a quien el germanoargentino dejó a deber 300.000 pesetas de gastos de teléfono.

Apuros económicos

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Pérez Alonso abundó en la apreciación de que Lüttich estaba sin un duro: "No tenía ni coche. Venía de Oviedo a Avilés en los autobuses de Alsa. Vaya un cerebro. En Avilés apareció con un señor que se presentó como un alto cargo del Ministerio de Industria para facilitarle sus deseos de fundar una empresa dedicada a la importación y exportación de mercancías en general. Nos dejamos engañar".

El socio de Lüttich en Intramex, Andrés Prieto, presentó denuncia en el Juzgado de Instrucción número 2 de Avilés contra el germano-argentino el 22 de enero de 1987, cuando comprobó que su socio no volvería, después de haber negociado una partida de hojas de afeitar por la que sacó unos 3,5 millones de pesetas.

María Rosa Sierra, la mujer que convivió en Oviedo durante años con Lüttich, afirmó que todo lo referido en la Prensa es mentira en lo que se refiere a España: "Es cierto", afirmó la mujer, "que Guillermo tuvo que huir de la RFA porque estaba implicado en el contrabando de tabaco y algo de alcohol, pero desde que llegó a España dejó todo eso, y lo único que hizo aquí fue intentar rehacer su economía. Se marchó con dinero de la empresa precisamente porque le iban mal las cosas".

"La última vez que estuvo en Oviedo fue en Navidad, y desde entonces me llama con frecuencia, pero nunca dice dónde está por miedo a que el teléfono esté intervenido. Me llamó precisamente hace unos 20 días desde Madrid. Me comentó que estaba intentando hacer un negocio en Valencia, y dijo que no andaba sobrado de dinero".

Según declaró Andrés Prieto, Lúttich contó que era oficial del Ejército argentino, que había sido representante en Europa de la casa Philips Morris y suministrador de tabaco al Ejército portugués. "Lo que sí es cierto", afirmó Prieto, "es que tenía relaciones con medio mundo, sobre todo Suiza y Alemania Occidental, pero también con Turquía, Francia e Italia".

Lüttich no llegó a relacionarse con la sociedad industrial y comercial avilesina, o al menos las personas conocedoras del ambiente consultadas por este periódico no habían oído hablar de él. En una localidad de 80.000 habitantes como Avilés, cuando alguien maneja dinero e influencias acaba notándosele, afirmaron.

Sin embargo, otros rumores recogidos por la Prensa regional apuntan a que Lüttich entabló relaciones con algunos industriales avilesinos con pocos escrúpulos, y que había contactado con las redes de contrabando de tabaco de Asturias y Galicia. De aquí viene la teoría de que tal vez Lüttich, forzado a huir de Alemania Occidental, intentó rehacer sus actividades en España

Cargamento ilegal

Hasta qué punto lo consiguió o no nadie lo sabe ahora, pero parece confirmarse la noticia publicada por Nueva Epaña relativa a que Lottich tenía relación con un cargamento ¡legal de 3,5 millones de cajetillas de tabaco rubio que en junio de 1986 fue desembarcado en la playa de La Arena, cerca del puerto de San Esteban de Pravia. En junio de 1986 fue precisamente cuando Lüttich desapareció de Avilés.

El escándalo en torno a Lüttich surgió a raíz de un reportaje publicado en la revista alemana occidental Stern, según el cual, y aparte del contrabando de tabaco, algunos indicios relacionan a Lúttich con el tráfico de armas y con ETA.

Según fuentes francesas, Patrick Laurant, un individuo que ha estado relacionado con Lüttich y que es buscado por la policía de este país por tráfico de armas, mantuvo al parecer contactos con ETA.

Asimismo, el periodista alemán occidental Koch, autor del reportaje, afirma conocer el contenido de un informe de los servicios secretos de la RFA que implica a Lüttich en dicho tráfico. Los servicios secretos suizos, según la misma fuente, también le implican, y consideran la red de Lüttich como una de las vías de financiación de la organización terrorista vasca.

Según esta información, la red dirigida por Lüttich había sobornado a un importante número de guardias civiles, que hacían la vista gorda en las aduanas. Fuentes de la Dirección General de la Guardia Civil afirmaron el jueves pasado que "el único caso que conocemos de un guardia civil implicado en el contrabando de tabaco fue hace varios años, en Irún, y fue denunciado y, depurado".

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