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Aquino estudia proclamar la ley marcial en Filipinas

La policía filipina abrió ayer fuego para dispersar a los manifestantes que pedían aumentos salariales, mientras la presidenta, Corazón Aquino, admitió la posibilidad -por primera vez desde que accedió al poder- de decretar la ley marcial ante la huelga de siete días convocada por los sindicatos de izquierdas. El paro comenzó ayer sin registrar un gran seguimiento en Manila, y coincidió con una intervención de Aquino para desmentir las afirmaciones según las cuales se "escondió debajo de la cama" durante la última intentona golpista.

La presidenta Aquino declaró a través de la radio que no era su deseo adoptar medidas drásticas, "a no ser que ello fuera completamente necesario para la estabilidad de la nación". La última huelga general convocada por la izquierda fue seguida de la intentona golpista del 28 de agosto. Los líderes del Senado declararon la pasada semana que apoyarán el establecimiento de la ley marcial si la situación empeora en el país.El sector más afectado durante el primer día de paro fue el de transportes. Los organizadores de la huelga -entre ellos, el poderoso sindicato Kilusang Mayo Uno, próximo al partido comunista- estiman que el paro se extenderá a las oficinas del Gobierno, bancos, firmas industriales y hoteles.

El Ejército permanece en estado de máxima alerta y la policía informó ayer de la detención de 25 personas. Por su parte, los huelguistas afirmaron que dos manifestantes habían sido heridos. Al margen de los enfrentamientos entre manifestantes y policías, dos soldados fueron muertos en Manila por pistoleros, según informó la policía.

Los observadores en Manila declararon que el paro no ha tenido efectos importantes en la capital, donde viven ocho millones de personas.

Por otra parte, la presidenta Corazón Aquino desmintió ayer, con las correspondientes pruebas, el contenido de un artículo aparecido en una publicación filipina según el cual ella se escondió debajo de la cama durante el ataque contra el palacio de Malacañang efectuado el pasado 28 de agosto por los soldados rebeldes que protagonizaron el último intento de golpe de Estado para derrocarla.

Demostración de Aquino

Para ello, la presidenta autorizó ayer a la televisión filipina a filmar su alcoba, y levantando ella misma la colcha de la cama, descubrió cómo el colchón se apoya sobre un canapé de madera maciza. "Ésta es mi cama", dijo la presidenta; "es imposible que me esconda debajo".

La presidenta admitió en una entrevista previa a dicho artículo que se "asustó" al despertarse por los disparos de los soldados golpistas, pero que, tras fracasar en su intento de contactar con el mando militar, se reunió con sus hijos para rezar. "Ésta es la primera vez que se alude a mí como una cobarde", dijo ayer Aquino a los periodistas, tras añadir su decisión de querellarse contra Luis Beltrán, conocido columnista filipino autor del artículo difamador.

Beltrán, por su parte, ha contestado a la demostración de Aquino afirmando que sus alusiones a la cama de la presidente sólo constituyen una "forma de hablar".

La indignación de Aquino, según declaró recientemente a una televisión norteamericana, refleja su exasperación ante la frecuencia con que se alude a su "debilidad", que, en su opinión, sólo se debe al hecho de ser una mujer. Según los observadores, Aquino está decidida a eliminar esta imagen, incompatible con su cargo de comandante en jefe del Ejército y negativa ante los ojos de los militares de sensibilidad machista.

Por otra parte, Filipinas volvió ayer a integrarse en la Unión Interparlamentaria, que reúne a un centenar de países y cuya participación quedó suspendida tras la disolución del Parlamento filipino el pasado abril.

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