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Un teniente de la Marina de guerra de Perú, detenido con casi 14 kilos de cocaína

Dos hombres de nacionalidad peruana, C. F. E. C. (33 años) y J. L. B, (32), fueron detenidos el miércoles en Barajas por funcionarios de la sección de Estupefacientes de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, cuando intentaban introducir por el aeropuerto de Barajas 13.800 gramos de cocaína. En otro servicio, la policía descubrió un alijo de 350 kilos de hachís.

El miércoles, un funcionario observó que un pasajero que acababa de desembarcar de un vuelo procedente de Bruselas entraba en los lavabos y salía a los pocos minutos, vestido con uniforme de teniente de la Marina, "grado que le corresponde por pertenecer a la Marina de guerra de su país", señala la nota hecha ayer pública por la policía. Después se supo que viajaba con un pasaporte falsificado.Los funcionarios sospecharon algo extraño, y poco después observaron que el citado individuo hacía una seña disimulada a otro viajero, llegado en el mismo vuelo, el cual tomó una maleta voluminosa de la cinta transportadora de equipajes y se disponía a abandonar el aeropuerto.

Ambos hombres fueron interceptados. Al registrar el equipaje los funcionarios encontraron dos voluminosos cojines, en cuyo interior se encontraron los 13.800 gramos de cocaína. La droga tenía una pureza de un 80%, y una vez adulterada y vendida en pequeñas cantidades hubiera proporcionado más de un millón de dosis. La policía cree que, casi con toda seguridad, la droga iba a ser repartida en Madrid. Ninguno de los dos detenidos tenía antecedentes policiales en España.

350 kilos de hachís

En otro servicio, funcionarios de la misma sección de Estupefacientes desmantelaron una red de contrabando de drogas formada por cuatro españoles y 20 marroquíes. En el transcurso de la operación se incautaron 350 kilos de hachís y más de 10 millones de pesetas.Las investigaciones se prolongaron varios meses, según la nota policial. En una nave industrial de Paracuellos del Jarama se encontraron escondidos 300 kilos. Fue detenido el guarda de la nave, marroquí, que utilizaba el edificio como escondrijo sin conocimiento del propietario. A continuación se requisaron otros 50 kilos en diversos pisos de Madrid. Otro de los marroquíes implicados regentaba un bazar en las inmediaciones de la plaza Mayor, utilizado para blanquear el dinero obtenido con la droga. Allí se encontraron más de 10 millones de pesetas.

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