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La llamada del 'rock and roll'

Las escuelas de música moderna en España son insuficientes

El interés de los jóvenes por la música actual es cada vez mayor. No sólo han crecido las ventas de instrumentos musicales en España un 14% en los últimos seis meses, sino que hasta los quioscos venden ahora fascículos encuadernables para aprender a tocar la guitarra eléctrica. Ser músico de rock es, una idea que pasa por gran parte de las mentes juveniles por lo menos una vez en la vida. Hay quienes deciden probar y hay quienes quieren ser estrellas. Esta demanda ha generado una cada vez mayor oferta de escuelas de rock, aunque siguen siendo insuficientes.

Los grandes almacenes ametrallan con música a los visitantes de las secciones juveniles, y las paredes de las ciudades renuevan su tapiz de carteles con un concierto o un disco tras otro. La música se ha convertido para la mayoría de los jóvenes, más que en una simple afición, en un cristal a través del que se mira el mundo. Las tendencias musicales actuales están estrechamente unidas a formas definidas de vestirse y actuar en el mundo, más allá de las fronteras geográficas y casi las históricas. Dentro de esta perspectiva, dentro de esta nueva ordenación del universo, los héroes son las estrellas del firmamento musical. La mayoría de ellos cogió una guitarra un día y decidió no abandonarla. Hasta hace no mucho tiempo la mayoría de los músicos de rock eran autodidactos. No muchos habían tenido la base de una educación musical de conservatorio y algunos jamás se preocuparon de leer una partitura. No obstante, el solitario camino hacia el dominio de un instrumento llega a callejones sin salida. Los conservatorios musicales en el mundo que cuentan con especialidades en jazz y rock son muy pocos."La mayoría de los conservatorios están orientados al virtuosismo instrumental y no hay oportunidades para quienes desean otro tipo de aproximación a la música", dice Fredi Martigán, de la Escuela de Música Creativa, en Madrid.

Esta escuela privada recibe actualmente cerca de 200 alumnos agrupados en los departamentos de música moderna y jazz y música clásica. Ellos han establecido un programa de estudios en 12 niveles de duración trimestral, pero se puede seguir cursos aislados. Entre los cursos que ofrecen están los de música sintetizada, arreglos, contrabajo, violín, guitarra, batería, saxo, clarinete, piano, trompeta y voz. "Aquí vienen muchos alumnos del conservatorio, algunos con la carrera ya terminada", afirma Joan Albert Serra, licenciado en música por la universidad de Berkeley. "En la escuela les damos también la ocasión de entrar en contacto para formar grupos".

La orientación del Rockservatorio es distinta. Los profesores de esta escuela pertenecen casi en su totalidad a diversos grupos de heavy, como Santa, Sangre Azul y Barón Rojo. "No tratamos de imponer un estilo concreto", dice Hermes Calabria, batería del grupo Barón Rojo. "Queremos que cada alumno desarrolle su personalidad a través de la música

Los fundadores del Rockservatorio se reunieron hace tres años con el propósito de diseñar un método para enseñar la interpretación del rock. "La parte teórica es casi clásica, y en la práctica procuramos que los grupos de alumnos toquen juntos. Les enseñamos también algunos, trucos de sonido y control del equipo", dice Calabria. Ellos enseñan básicamente guitarra, bajo, batería, teclados y canto en seis niveles y cursos de tres meses.

Autodidactos

"Llega un momento en que el autodidacto no puede seguir adelante solo, y nosotros pretendemos enseñar y orientar a esas personas. Aquí tenemos todo tipo de gente, desde el chaval que sueña con ser estrella del rock hasta un piloto de Iberia, por ejemplo, que viene porque le gusta tocar solo". La mayoría de los alumnos quieren aprender guitarra.La Factoría se formó con un grupo de disidentes del Rockservatorio. Según ellos, su intención es la de ampliar verdaderamente la oferta en el aprendizaje en las diversas tendencias del rock actual.

Los profesores de este centro provienen de grupos tan diversos como la Orquesta Mondragón, Asfalto, Pedro Iturralde, Coz y Banzai. "Vienen chavales de Zaragoza, Sevilla y Albacete, especialmente para la clase, que es una vez a la semana durante dos horas", dice Tibu, director de La Factoría. "La mayoría, entre la cual hay muchas chicas, tiene entre 15 y 20 años, pero hay también un grupo de personas con una edad alrededor de los 40 que están viniendo con mucho entusiasmo. La mayoría de ellos son ejecutivos que estuvieron en un grupo hace 20 años y ahora quieren tocar para divertirse con los amigos".

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