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LA POLÉMICA SOBRE LA HORA DE RELIGIÓN

Goria y el Vaticano hacen las paces ante el debate parlamentario de mañana

Juan Arias

El Gobierno italiano y el Vaticano hicieron ayer las paces en la batalla que si había declarado entre ambas orillas del Tíber con motivo de la interpretación y aplicación del nuevo concordato en lo referente a la clase de religión. Mañana, el presidente del Gobierno, el democristiano Giovenni Goria, debe presentar en el Parlamento la propuesta sobre el tema, que supuestamente fue pactada ayer entre él mismo y el secretario de Estado del Vaticano, Agostino Casaroli.

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Goria y Casaroli se encontraron ayer en la nunciatura junto a sus respectivas delegaciones y sellaron la paz con un comunicado conjunto en el que ambas partes declaran que han podido constatar que no existía voluntad por parte de ninguno de los dos Estados de manipular el concordato en el delicado asunto de la clase de religión.Sin embargo, la noche anterior aún tuvo lugar un último coletazo de la batalla subterránea y diplomática. Una de las mayores agencias de Prensa de Italia transmitió la noticia de que fuentes vaticanas habían anunciado un acuerdo entre la Santa Sede y el prusidente del Gobierno. Inmediatamente, Goria desmintió tajantemente la noticia y dijo que no podía existir ningún tipo de acuerdo, ya que sólo el Parlamento puede dilucidar sobre el tema con la discusión prevista para mañana.

No se ha podido saber, sin embargo, en qué se basa el optimismo, tanto del presidente Goria cemo del secretario de Estado, cardenal Casaroli. Los temas sobre el tapete siguen siendo los siguientes: primero, la colocación en el horario escolar de la clase de religión, que ahora es facultativa de cada escuela, ya que el Vaticano se negaba hasta ayer a que fuese la primera o la última de la jornada. Otro problema es si los profesores de esta asignatura, que en la actualidad no es obligatoria, podrán seguir formando parte igualmente del consejo de la escuela como los profesores de las disciplinas obligatorias. Y por último si va o no contra el espíritu del concordato el que se enseñe la religión católica a partir de la escuela maternal o más tarde.

El ministro de Educación, el democristiano Giovanni Galloni, de la izquierda del partido, dolido al verse descabalgado por el Vaticano, declaró ayer con ironía que, por lo que se refiere a este año escolar, la cuestión está zanjada, ya que han decidido sobre el horario de las clases los directores de las escuelas. Y ha añadido: "Por lo que yo sé, la mayoría ha decidido colocar la clase de religión al final de la jornada".

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