Tres miembros del 'comando Nafarroa', condenados a 143 años de cárcel cada uno

Mercedes Galdós, de 32 años; Juan José Legorburu, de 28, y José Ramón Artola, de 33, miembros del comando Nafarroa de ETA Militar, han sido condenados a 143 años de cárcel cada uno por el atentado con explosivos ocurrido en mayo de 1985 en Pamplona, en el que resultaron muertos un policía nacional y un niño de 14 años y heridos graves otros tres agentes.

El tribunal ha considerado que los tres miembros del comando terrorista, que en el juicio reconocieron la colocación de la trampa-bomba, son culpables de delito de atentado con resultado de muerte, cuatro asesinatos, uno de ellos consumado y tres frustrados, lesiones y estragos.Los etarras han sido condenados también a indemnizar con 12 millones de pesetas a los familiares de las dos víctimas mortales y con cantidades que oscilan entre medio millón y un millón de pesetas para los policías lesionados.

La sentencia considera probado que los tres etarras condenados, junto con otra persona que no ha sido detenida, decidieron matar a varios policías. Galdós, Artola y Legorburu consideraron que el lugar idóneo era la Bajada de Javier, en el casco viejo de Pamplona. Legorburu confeccionó un explosivo compuesto por tres kilos de Goma-2, que Galdós, aparentando estar embarazada, colocó en el portal del número 16 de la citada calle.

La terrorista, que no ha sido detenida y cuyo nombre de guerra para la organización es Ana, llamó por teléfono a comisaría, donde informó que un drogadicto estaba pegando a su madre y amenazaba con matarla. Este mensaje, que evidentemente resultó ser falso, hizo que una dotación policial se desplazara al lugar de los hechos. Allí, cuando dos de los policías entraban en el portal, Artola, por medio de un aparato emisor receptor a distancia, y a una señal de Galdós, activó el explosivo, causando la muerte del policía Francisco Miguel Sánchez y del niño de 14 años Alfredo Aguirre Belascoain, que se encontraba jugando en la zona. Otros tres policías nacionales, integrantes del coche patrulla, resultaron gravemente heridos por efecto de la onda expansiva, que también produjo cuantiosos daños materiales.

La sentencia, en los fundamentos legales, califica la acción de "indiscriminada" y acusa a los etarras de "frialdad" al realizar el atentado.

Mercedes Galdós, dirigente del comando Nafarroa, estaba ya condenada con anterioridad a este juicio a penas que superan en mucho, los 30 años de prisión, pena máxima contemplada en el ordenamiento jurídico español.