Un tribunal especial condena a Francia a pagar 1.000 millones de pesetas a Greenpeace
Un tribunal especial constituido en Ginebra con el acuerdo del Gobierno francés condenó ayer a Francia a pagar 8,1 millones de dólares (unos 1.000 millones de pesetas) a la organización ecologista Greenpeace como indemnización por haber ordenado el hundimiento, el 10 de julio de 1985, del buque insignia de esa agrupación, Rainbow Warrior, en la bahía de Auckland, en Nueva Zelanda.
"La decisión de Ginebra es una importante victoria, pero nunca podrá compensar el valor de una vida humana", dijo un portavoz de la organización ecologista desde su sede en Londres. Durante el hundimiento, llevado a cabo por agentes secretos franceses, murió el fotógrafo portugués Fernando Pereira, miembro de Greenpeace que intentaba rescatar su archivo de dentro del buque.Greenpeace informó que espera recibir "rápidamente" la indemnización e indicó que ocupará el dinero en una campaña en pro de la desnuclearización del Pacífico Sur. El Rainbow Warrior fue hundido cuando se preparaba para dirigir una flotilla destinada a obstaculizar la realización de una prueba nuclear francesa en Muroroa, una de sus posesiones insulares en esa región del Pacífico.
El presidente de Greenpeace, David McTaggart, calificó ayer la decisión del tribunal de Ginebra como "un gran triunfo para aquellos. que reivindican su derecho a protestar de manera pacífica y que rechazan el uso de la violencia". El tribunal de Ginebra fue constituido por tres personalidades independientes: un francés, un suizo y un neozelandés.
El hundimiento del barco fue realizado por los agentes secretos franceses Alain Mafart, comandante, y Dominique Prieur, capitana, quienes se declararon culpables ante un tribunal de Nueva Zelanda.
El escándalo, ocurrido durante el Gobierno socialista de Laurent Fabius, dañó gravemente el prestigio francés en la zona y provocó la dimisión del ministro de Defensa, Charles Hernu, y la destitución del jefe de la Dirección General de Seguridad del Estado (DGSE), almirante Pierre Lacoste, después de una serie de revelaciones hechas públicas por la Prensa francesa.
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