Jagger frente a Trenas

En la sección de televisión de EL PAíS del 27 de septiembre se recogen opiniones de la presentadora Pilar Trenas sobre el rolling Mick Jagger.Después de haber visto la entrevista en TVE-2, me siento indignado por la serie de descalificaciones gratuitas que la citada presentadora vierte sobre el músico, y que van desde el tratamiento de zafio hasta el de simio, sin olvidar la petulancia intelectual del comentario: "A mí nunca me ha interesado este personaje, pero soy consciente de su importancia social y cultural". Más adelante añade: "...niega todo tipo de relación actual o pasada con las drogas y sólo pone interés cuando habla de sí mismo". En realidad, a unas preguntas tendenciosas de la presentadora, dando por hecho no sólo el consumo de drogas por parte del cantante, sino la incitación al consumo a través de sus canciones, Jagger respondió primero, con un análisis lúcido sobre drogas ilegales, sin control de calidad, y drogas legales que reportan saneados impuestos a las arcas estatales; para acabar preguntando a la presentadora en qué canciones hacía él esa apología, pillándola de marrón hasta el punto de que hubo de ser el propio cantante quien le recordara la letra de las tres canciones en las que, simplemente, se menciona alguna droga y desde luego no para incitar a su consumo.

La entrevista fue una más del tipo estático al que nos tiene tan acostumbrados TVE; el único guiño del realizador era enseñar de cuando en cuando al espectador las zapatillas de tenis del cantante, como queriendo dar a entender que Jagger no es lord Mountbatten. Las preguntas eran tan tópicas, tan ininteresantes y tan ridículas que justificaron la respuesta de Jagger en una ocasión: "Eso es muy aburrido". Así, en un momento dado, la presentadora pregunta: "A usted le llaman Mick morritos, y el cantante guarda silencio sin poder ocultar su desdén hacia la bobada. En suma, discrepo, por lo presenciado, del comentario de Pilar Trenas sobre que al divo Jagger sólo le falta "eructar y tirarse pedos"; una serie de bostezos estentóreos por su parte y por la de los telespectadores hubiera resultado más que justificada- Julio García