El alcalde de Marbella asegura que probará sus denuncias contra el PSOE

El alcalde de Marbella, el socialista Alfonso Cañas, decidió ayer reconsiderar su "dimisión irrevocable", anunciada hace 11 días en un pleno, y probar las denuncias que efectuó al hacer públicas presuntas graves irregularidades urbanísticas y de gestión en el anterior equipo del PSOE, que gobernó Marbella con mayoría absoluta. Estas acusaciones, en las que implicaba al presidente del Gobierno, han motivado una fulminante reacción de la ejecutiva provincial del PSOE, que ha exigido a Cañas que presente las pruebas.

Los responsables del partido han pedido a Cañas que, en caso de no poder aportar pruebas, responda ante el partido y la opinión pública, y un grupo de ex concejales afectados presentó una querella en los tribunales para "restituir su honorabilidad injuriada".El detonante de una crisis cuyos primeros compases se vivieron con la tortuosa confección de la lista del PSOE que orilló al anterior alcalde, José Luis Rodríguez, se produjo en un pleno municipal celebrado el pasado día 18. Alfonso Cañas, en un momento en el que se discutía sobre unas contrataciones laborales denunciadas como ilegales por la oposición, afirmó sentirse "enfermo por momentos", presentó verbalmente su dimisión irrevocable y suspendió la sesión ante la estupefacción de todos los presentes. Al día siguiente, los comités local y provincial del PSOE solicitaron en bloque que reconsiderara su actitud y no formalizara por escrito su renuncia.

El 'destape' de Cañas

Por su parte, el secretario provincial del PSOE, José Asenjo, que en su día apoyara la candidatura de Cañas para encabezar la lista socialista, manifestó que la inesperada dimisión fue provocada "por una situación psicológica de cierto cansancio, por una oposición que actúa de manera obstructiva". En los días siguientes, el alcalde levantó un muro de silencio sobre su decisión final, que sólo quebró el pasado jueves al convocar una conferencia de prensa. Para sorpresa de todos, Cañas anunció su decisión de postergar su resolución final "por cortesía y respeto al presidente del Gobierno, Felipe González", que le había concedido una audiencia para mañana, día 1, y difundió la existencia de graves irregularidades del anterior equipo socialista, que gobernó con una mayoría absoluta de 16 concejales sobre 25. Ante la perplejidad de los dirigentes del partido, que no sabían nada del asunto, afirmó que el Ayuntamiento no tenía liquidez económica, que se adeudan 2.000 millones de pesetas, que se había "gastado el dinero alegremente", que existían contrataciones ilegales de personal y que el ex alcalde autorizó ilegalmente por decreto varias licencias de obras el día antes del relevo corporativo.Tan contundentes denuncias provocaron una reacción urgente de la ejecutiva provincial del PSOE, que ha solicitado a Cañas que pruebe documentalmente sus acusaciones. Seguidamente, la Presidencia del Gobierno comunicó que otros compromisos obligaban a aplazar la entrevista con Felipe González, y el ex alcalde José Luis Rodríguez, junto a un nutrido grupo de ex concejales, anunció la presentación de una querella contra "las graves y absolutamente falsas acusaciones vertidas".

Tras 11 jornadas de titubeos e indecisión, Alfonso Cañas decidió ayer, tras "razonamientos de peso y el apoyo de que he sido objeto por mi partido, miembros de la corporación y colectivos ciudadanos", continuar en su gestión.